Los impuestos sobre los servicios digitales extranjeros son malos, pero las alternativas son peores
Por Adam N. Michel
Adam N. Michel dice que los DST perjudican principalmente a los electores nacionales de los países que los imponen. Sin embargo, a pesar de su carácter discriminatorio y distorsionador para las empresas estadounidenses, los DST no son una amenaza que merezca una reacción exagerada.