La carrera hacia arriba: un estudio de caso de Bangladesh

Johan Norberg señala que una mayor apertura al comercio y a las inversiones extranjeras derivó en una mejora de las condiciones laborales en Bnagladesh.

Por Johan Norberg

En mi ensayo Globalization: A Race to the Bottom - or to the Top?, que forma parte del proyecto Defending Globalization de Cato, muestro que la creencia de que una economía mundial abierta perjudicaría las condiciones laborales resultó ser falsa. Por el contrario, el comercio y la inversión están asociados a salarios más altos, menos trabajo infantil, condiciones laborales más seguras y mejores resultados medioambientales. Entre 2000 y 2016, la tasa mundial de muertes relacionadas con el trabajo disminuyó un 14,2%.

Uno de mis ejemplos es el efecto de la industria de exportación de prendas de vestir de Bangladesh en la reducción de la pobreza y la creación de mejores empleos, especialmente para las mujeres.

Un nuevo e interesante estudio de Laura Boudreau, de la Columbia Business School, presentado recientemente en el excelente podcast Trade Talks, arroja luz sobre un vínculo de transmisión entre globalización y progreso: cómo las empresas y los consumidores occidentales presionan a los proveedores para que mejoren las condiciones laborales.

Tras el derrumbe del edificio Rana Plaza, en el que murieron al menos 1.260 trabajadores del sector textil en 2013, las multinacionales extranjeras compradoras de ropa decidieron obligar a todas las fábricas a las que compraban a introducir un Comité de Seguridad y Salud Laboral. Boudreau llevó a cabo un experimento de campo de un año de duración con 84 fábricas proveedoras, y aplicó el mandato a la mitad de ellas de forma aleatoria. Descubrió que el compromiso no era sólo relaciones públicas. Como las fábricas no querían perder negocio, formaron comités, y éstos también se correlacionaron con pequeñas mejoras en la salud y la seguridad de los trabajadores en esas fábricas.

La conclusión es totalmente opuesta a lo que llevan décadas advirtiendo los críticos del capitalismo, cuando afirman que las empresas multinacionales (EMN) occidentales se aprovechan de los países con una gobernanza débil para presionar a la baja las normas. Al contrario, a menudo intervienen cuando los gobiernos fracasan. Boudreau escribe: "En los Estados más débiles... pueden ser las EMN o coaliciones de múltiples partes interesadas con participación de las EMN las que se encarguen de hacer cumplir las normas. Esta investigación sugiere que, en tales contextos, las EMN pueden contribuir a aumentar el cumplimiento de las normas laborales".

Para más información sobre la carrera hacia la cima de la globalización y otras cuestiones relacionadas, no deje de consultar mi ensayo completo y el resto del contenido de la página del proyecto Defending Globalization de Cato.