Una mala broma para los ecuatorianos
El proceso electoral que debió haber culminado el 2 de abril en una victoria incuestionable de un candidato a la presidencia ha sido cualquier cosa menos transparente y justo. Súmele a eso las múltiples irregularidades que ponen en duda el resultado oficial. A una mayoría de los ecuatorianos, quienes desconfían del CNE, esto no debería sorprender. Lo que si nos ha sorprendido es el respaldo casi impulsivo que ha obtenido el candidato oficialista de gran parte de los mandatarios de otros países, así como también de la OEA y de la prensa internacional.