El camino a la estabilidad económica

Manuel Hinds comenta un reciente informe del Bank of America sobre la economía salvadoreña.

Por Manuel Hinds

El Banco de América (BofA), una de las instituciones bancarias más grandes del mundo, acaba de publicar un reportaje sobre El Salvador escrito por su departamento de investigaciones globales. Es el único reportaje técnico optimista que ha sido publicado en los últimos meses. Comienza diciendo que BofA tiene una visión constructiva de la economía del país, basada en tres pilares: (1) la posibilidad de que haya un acuerdo más rápido que lo esperado con el Fondo Monetario Internacional (FMI); (2) el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en los primeros meses del año ha sido más rápido que lo esperado; y (3) el déficit fiscal se está reduciendo también más rápido que lo esperado. El reporte reconoce que estos indicadores solo muestran que el país podría entrar en un camino que lleve a la estabilidad económica, que está lejos. El logro de esta estabilidad, dice el reporte, requiere una serie de actividades que BofA asume que el gobierno realizará para el beneficio del país. Por supuesto, si estas cosas no suceden, dicha estabilización no llegará.

La primera suposición del BofA es que el gobierno va a lograr para fines de septiembre el tan esperado acuerdo con el FMI. El BofA está consciente de que este acuerdo está siendo imposibilitado por dos temas: primero, las violaciones de la Constitución realizadas por el gobierno con la remoción de jueces de la Sala de lo Constitucional y el Fiscal General, y el uso del bitcoin como una moneda de curso legal. Pero el reporte asume que El Salvador y EE.UU. encontrarán un acuerdo porque la aprobación de ese país es esencial para lograr un acuerdo con el FMI, de modo que el BofA toma como evidente que El Salvador va a estar de acuerdo con las condiciones de EE.UU.

La segunda suposición del reporte es que el gobierno va a hacer uso del fuerte capital político y la alta popularidad del presidente para imponer las impopulares medidas que son necesarias para estabilizar la s finanzas públicas y mantener la confianza del mercado de la deuda salvadoreña de que el país no va a tener una crisis económica. Es decir, BofA asume que el presidente, además de echar para atrás en las medidas del primero de mayo, para lograr un acuerdo con el FMI (y con EE.UU.) y anular la instalación del bitcoin como moneda de curso legal obligatorio, va a usar gran parte de su popularidad política para imponer una reducción de gastos suficiente para no solo no aumentar el endeudamiento del país (ahora entre 90 y 100% del PIB) sino también reducirlo a niveles que aseguren la estabilidad en el futuro inmediato. Ellos esperan que, dado el tamaño del ajuste, podría generar manifestaciones y disturbios como los que recientemente han tenido lugar en Colombia y, aunque no la mencionan, en Costa Rica, pero no se darían por la popularidad del presidente. Es decir, el BofA cree que el presidente va a preferir perder una gran parte de su popularidad ahora que perderla del todo después de una crisis severa en el futuro. Entre las medidas que el BofA considera que el gobierno puede tomar estaría el retirar antes de tiempo a muchos empleados públicos.

El BofA dice no estar de acuerdo con algunos inversionistas que piensan que el presidente Bukele no tiene apetito por reducir el déficit fiscal sino que quiere seguir gastando sin límites a pesar de que eso no es posible. El reporte apunta que si el presidente quisiera seguir así, estaría pensando que prefiere entrar en una crisis de impago que pasar por un doloroso ajuste fiscal. Piensa el BofA que el presidente no querrá ensuciar su legado con una crisis tan claramente anunciada.

Así, el BofA es optimista porque asume que el presidente echará para atrás en las medidas del primero de mayo, que va a llegar a un acuerdo con tanto el gobierno de EE.UU. como con el FMI, que va a enfrentar al pueblo con el pago del costo de la indisciplina fiscal de los últimos dos años para poder dar estabilidad económica al país.

Viéndolo así, lo que hace el reporte es decir que todavía hay tiempo si el gobierno hace lo que el mismo BofA asume que hará. El camino todavía está abierto, pero pronto no lo estará.

Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de Hoy (El Salvador) el 30 de julio de 2021.