De las medias de seda a los diamantes sintéticos
Marian L. Tupy dice que desde las medias de seda, antes reservadas a las reinas, hasta los diamantes sintéticos, ahora al alcance de los consumidores de a pie, la innovación capitalista impulsa esta democratización del consumo.
Por Marian L. Tupy
Resumen: El economista Joseph Schumpeter explicó el poder del capitalismo para transformar los lujos de las élites en bienes asequibles para las masas. Desde las medias de seda, antes reservadas a las reinas, hasta los diamantes sintéticos, ahora al alcance de los consumidores de a pie, la innovación capitalista impulsa esta democratización del consumo.
En su libro de 1942 Capitalismo, socialismo y democracia, el economista austriaco Joseph Schumpeter explicaba una de las características más importantes de las economías de libre mercado. Escribió:
Son las telas baratas, los tejidos baratos de algodón y rayón, las botas, los automóviles, etc., los logros típicos de la producción capitalista, y no, por regla general, las mejoras que significarían mucho para el hombre rico. La reina Isabel tenía medias de seda. El logro capitalista no consiste típicamente en proporcionar más medias de seda a las reinas, sino en ponerlas al alcance de las chicas de las fábricas.
La anécdota de Schumpeter sobre la reina Isabel y las medias de seda ilustra la notable capacidad del capitalismo para democratizar el consumo.
Al principio, las medias de seda simbolizaban un privilegio reservado sólo a la realeza y las élites. Sin embargo, el verdadero logro del capitalismo, argumentaba Schumpeter, no es simplemente suministrar lujo a los ricos, sino hacer que esos bienes sean asequibles para la gente corriente. La innovación empresarial, la producción en masa, la competencia y los avances tecnológicos –impulsados por el afán de lucro– ponen al alcance de todos productos antes inalcanzables.
Este fenómeno eleva el nivel de vida de los menos afortunados al derribar las barreras de clase y extender la prosperidad más ampliamente. La fuerza transformadora del capitalismo, según Schumpeter, reside en convertir continuamente los lujos en productos de primera necesidad, mejorando así el bienestar humano en todos los estratos sociales.
La industria del diamantes ejemplifica perfectamente la visión de Schumpeter. Históricamente, los diamantes representaban riqueza y exclusividad, accesibles sobre todo a los ricos. Sin embargo, los avances tecnológicos, en particular la producción de diamantes sintéticos mediante métodos de alta presión y alta temperatura (HPHT) y la tecnología de deposición química de vapor (CVD), han cambiado radicalmente esta dinámica.
La deposición química de vapor (CVD), por ejemplo, es una técnica para crear diamantes sintéticos depositando átomos de carbono de un gas rico en carbono sobre un sustrato. En este método, se coloca un cristal semilla de diamante en una cámara de vacío llena de gases como metano e hidrógeno. Cuando se calientan a temperaturas muy altas, estos gases se descomponen y los átomos de carbono se acumulan capa a capa en el cristal semilla, formando lentamente un diamante. Este proceso permite controlar con precisión la pureza, el tamaño y la calidad del diamante, por lo que resulta muy eficaz y rentable en comparación con los métodos tradicionales de extracción de diamantes.
Los diamantes sintéticos no sólo se han vuelto más asequibles, sino que también han presionado a la baja los precios de los diamantes naturales. Como explicaba un reciente artículo de The Guardian
Los diamantes naturales cuestan en las tiendas un 26% menos que hace dos años, una caída en una época de alta inflación que sería extraordinaria si no se viera empequeñecida por la mala fortuna de sus gemelos idénticos, los diamantes cultivados en laboratorio, que ahora son un 74% más baratos que en 2020.
Además, los diamantes sintéticos pueden atraer a los consumidores modernos al ofrecer ventajas éticas y medioambientales sobre los diamantes extraídos. En lugar de proceder de algunas de las zonas de conflicto más sangrientas del mundo, marcadas por violaciones de los derechos humanos y entornos destruidos por formas primitivas de minería, los diamantes actuales proceden cada vez más del laboratorio.
Al igual que las medias de seda pasaron de la exclusividad real a la accesibilidad generalizada, los diamantes están experimentando una evolución similar. Los diamantes sintéticos eliminan las barreras históricas del precio, la escasez y la exclusividad, transformando los diamantes de símbolos de privilegio en productos cotidianos.
Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (Estados Unidos) el 20 de mayo de 2025.