Chapucero populismo legislativo

Juan Ramón Rallo dice que rescatar a las hipotecas de tipo variable removería la responsabilidad de los prestatarios, quienes deberían tener la libertad para elegir entre hipotecas de tipo fijo y variable y la responsabilidad de asumir las consecuencias de su elección.

Por Juan Ramón Rallo

Los tipos de interés están subiendo en la Eurozona como consecuencia de la muy alta inflación que estamos experimentando. Y un efecto colateral de este incremento de los tipos de interés es que el Euribor también se está disparando y con él el coste de las hipotecas a tipo variable. No es que el Euribor se halle en niveles históricamente desproporcionados, pero como muchas personas concertaron hipotecas a tipo variable durante los últimos dos años, cuando este indicador se hallaba en territorio negativo, la actual normalización del coste de las hipotecas está asfixiando financieramente a muchas de ellas. Aquellos cuya capacidad de repago dependiera de que el Euribor se siguiera ubicando cerca del 0% están enfrentándose ahora mismo a serios problemas de solvencia.

La cuestión es qué hacer en tal caso. El Gobierno está tratando de llegar a un acuerdo con los bancos para que éstos refinancien a largo plazo parte del aumento de deuda: pero esta solución solo es un parche que lo fía todo a que los tipos de interés vuelvan a bajar intensamente en el futuro. Si esto no ocurre, refinanciar la deuda sólo supone trasladar el agujero financiero a futuro, no solventarlo. Por eso algunas voces ya comienzan a sugerir la necesidad de que el Gobierno orqueste un rescate para las hipotecas a tipo variable. No debería ocurrir.

La libertad ha de ir necesariamente de la mano de la responsabilidad o perderemos ambas. Las hipotecas a tipo fijo son más caras que las hipoteca a tipo variable precisamente porque proporcionan un seguro contra el riesgo de subida de tipos: durante los últimos años, de hecho, quienes tuviesen una hipoteca a tipo fijo han estado pagando cuotas hipotecas bastante más elevadas que quienes mantuviesen una hipoteca a tipo variable. Y durante esa favorable coyuntura, ningún hipotecado a tipo variable se ofreció (porque ciertamente no tenía por qué hacerlo) a destinar parte de su ahorro financiero a rebajar la cuota de los hipotecados a tipo fijo.

Si cuando el Euribor está bajo, los hipotecados a tipo variable se benefician de los bajos intereses y, cuando el Euribor está alto, se los rescata de los altos intereses, entonces directamente deberíamos prohibir la opción de hipotecas a tipo variable y limitar todas las hipotecas a las de tipo fijo. Pero, en tal caso, mucha gente que genuinamente prefiere una hipoteca a tipo variable (sin reclamar un rescate cuando vienen mal dadas) saldría perdiendo. Ni rescate ni prohibiciones. Libertad y responsabilidad.

Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 26 de octubre de 2022.