Venezuela: ¿Llegamos a la fiesta del chivo?

Por Carlos Alberto Granier

El texto de modificación de la constitución que propone Chávez cercena de manera tajante la libertad. El tema no es nuevo. En noviembre de 2004 sentenciaba lo siguiente:

"No hemos llegado aquí para hacer cambios superficiales (...) Afortunadamente, sin tener que estar fusilando a nadie ni armando guerrilla ni estar poniendo bombas ni masacrando a nadie. Dios quiera que siga siendo así".

"¿Es el comunismo la alternativa? (...) No está planteado en este momento (...) No nos estamos planteando eliminar la propiedad privada, el planteamiento comunista (...) Quienes se lo plantean no es que están locos, no. No es el momento".

"Quiero que sepan que en esta nueva etapa el que está conmigo, está conmigo, el que no está conmigo está contra mí".
(Ver Hugo Chávez Frías, El Nuevo Mapa Estratégico. Fuerte Tiuna, 12 y 13 de noviembre de 2004.)

Todas estas expresiones de Chávez, expresadas en un fuerte militar, anticipaban el tipo de régimen que nos quiere imponer con rango constitucional a partir de enero de 2008. La esencia del mismo va en continuo con lo que nos dijo el pasado 13 de noviembre del 2004. No nos engañemos. El pasado 15 de agosto, Chávez no anunció una propuesta de reforma del actual texto constitucional aprobada en 1999, y que según dijo era "la mejor constitución del mundo".

Por si fuera poco, la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia afirmó que si el texto que apruebe "la mayoría" el próximo mes de enero de 2008 contradice el espíritu de lo que quiere Chávez, éste será modificado para cumplir sus deseos. Sería una frivolidad pretender que esto es una propuesta. Es un dictum. Es una orden para imponer un nuevo orden social totalitario.

El texto que introdujo el Presidente en la Asamblea Nacional, casi totalmente controlada por sus seguidores, propone la reelección continua. Es decir, una dictadura vitalicia. Es un zarpazo al derecho a la alternancia y el pluralismo, caracteristicas esenciales de una sociedad libre y abierta . En su dictamen para que se apruebe una constitución a su medida destroza todos los derechos más elementales de una constitución republicana: el derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad.

Pretende destrozar el derecho a la vida cuando busca convertir en milicianos a los ciudadanos. Todo por su guerra imaginaria contra algún imperio. El lenguaje que usa es similar al que han usado los enemigos de la libertad desde la derecha hasta la izquierda extrema. Desde el dictador de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo y sus fusilamientos contra los "comunistas", hasta Fidel Castro Ruz contra los enemigos de "anti-comunistas" de su régimen. Qué ironía. Chávez Frías continúa la tradición de los dictadores Trujillo y Castro, cuando afirma en su nuevo mapa estratégico "quien no está conmigo, está contra mí" y cuando remata con "hasta ahora no hemos tenido que fusilar a nadie ni poner bombas o armar guerrillas (..) Dios quiera que siga siendo así". ¿Quién se cree usted señor Chávez? ¿Acaso Dios tiene algo que ver con esos actos de terrorismo y con amenazar de asesinar a quien piensa de manera diferente a usted?

El Supremo debe sentirse muy frustrado porque ocurren decenas de miles de asesinatos por "ajustes de cuentas", el término oficial empleado para explicar la criminiladidad que azota a Venezuela. Los secuestros andan por encima de las 1.500 victimas anuales, la tasa por habitante más elevada de América Latina. Se equivoca si cree que el derecho a la vida se garantiza de esa manera. Empiece por meter presos a los funcionarios corruptos, mezclados con el narcotráfico. Mientras las mafias de "boliburgueses" operan sin control de autoridad alguna, el Supremol negocia la liberación de Ingrid Betancourt y otros secuestrados en Colombia. Atienda las necesidades de su gente primero, señor Presidente.

El texto que propone el comandante-presidente cercena tambien la libertad de manera tajante. Cuando nos impone crear una sociedad socialista de ciudadanos-milicianos ignora que el ciudadano debe tener la libertad de elegir y que ser miliciano de una causa no es un derecho sino un capricho de un dictador. Cuando excluye al derecho de participar en su proyecto amplía la exclusión. Ya la "lista Maisanta", elaborada por la nueva Gestapo del régimen con los nombres de todos aquellos que votaron a favor del referendum revocatorio de agosto de 2004 y que debe llamarse propiamente la "lista Chávez", había logrado excluir a los ciudadanos que ejercieron ese derecho constitucional. Ahora la incluye con rango constitucional, negando el derecho a participar a todo aquel que no comulgue con su proyecto "socialista".

La eliminación del derecho a la propiedad privada es otro aspecto muy grave. No sólo limita el derecho a la propiedad privada al derecho de uso y disfrute, sino que excluye el derecho a disponer de ella y plantea la eliminación de la misma a través de expropiaciones arbitrarias por razones de "seguridad nacional". Pretende que la propiedad no incluye la libertad de disponer libremente de la misma. Supongo que esto es muy difícil de entender para un dictador que cree que la libertad es decretar cuatro tipos de propiedades que son de carácter estatal, relegando la propiedad privada a una mera posesión precaria. Las puede llamar de tipo social, comunal, estatal o mixtas. Son todas de control estatal y son los burócratas de estado quienes decidirán lo que es privado. ¿A quién cree engañar?

La "reforma" que nos impone el Presidente es inconstitucional, pues no podría ser aprobada sino por una Asamblea Constituyente. Es un golpe a la Constitución vigente, para darle un ropaje seudo-legal a las violaciones sistemáticas de los derechos esenciales a la vida, la libertad y la propiedad que se vienen dando desde 1999. Dudo que algún venezolano quiera prescindir de estos derechos fundamentales, salvo que quiera ser un esclavo receptor de sus dádivas.

Lo más importante es que el Presidente nos anuncia que esta será "la primera de otras reformas por venir". De manera que la destrucción de la libertad continuará afinandose, golpe a golpe. Va en su carácter dictatorial decretar cambios sin que nadie se lo pida. Es la característica concepción del tirano "benevolente" que decreta el "cambio". Llegamos a la fiesta del chivo. Como sabemos, el chivo hace lo que le viene en gana.