Políticas públicas contra la inflación

Miguel Collado Di Franco señala varias reformas estructurales que romperían con la complacencia que ha caracterizado a la economía dominicana por más de dos décadas.

Por Miguel Collado Di Franco

Los salarios actuales, ajustados por inflación, son inferiores a los registrados en los primeros meses de la pandemia; a pesar de importantes ajustes salariales realizados el pasado año. Con niveles tan altos de inflación de precios como los experimentados en más de un año, no ha sido posible mantener el valor de los ingresos reales de los trabajadores formales que cotizan en el Sistema Dominicano de Seguridad Social. Sin aumentos de productividad, incrementos artificiales en los salarios aumentan el costo de las unidades producidas. Lo anterior se agrava en circunstancias como las presentes, es decir, cuando el mundo vive un episodio de aumentos sostenidos de precios provocado, en esencia, por la inflación monetaria creada por los bancos centrales.

Las economías del mundo están experimentando un periodo de inflación que tiene sus orígenes en las medidas expansionistas de los bancos centrales. La Reserva Federal de EE.UU. ha reconocido que la inflación no es temporal, así lo han hecho otros bancos centrales importantes del mundo. El argumento de los cuellos de botella en las cadenas de producción empieza a perder importancia. Es decir, cada vez resulta más evidente que un incremento generalizado y sostenido de precios se debe al aumento de la cantidad de moneda; que la inflación siempre ha sido un fenómeno monetario.

En consecuencia, los bancos centrales empiezan a reaccionar. La Fed, por ejemplo, ha iniciado un proceso tendente a reducir el ritmo de compra de activos con los cuales ha más que duplicado su balance desde enero de 2020 a la fecha. De igual forma, ha anunciado que incrementará la tasa de política monetaria a partir de marzo. Posteriormente, deberá iniciar un proceso para desmontar los casi nueve billones de dólares en títulos de deuda del gobierno de EE.UU. y los valores respaldados por hipotecas (mortgage-backed securities).

Localmente, el Banco Central ha empezado a dar señales de moderación de la expansión monetaria iniciada en marzo de 2020. Sin embargo, aunque la tasa de política monetaria ha sido incrementada de 3% a 4,5% entre noviembre y diciembre, el exceso de liquidez del sistema financiero se mantiene alto para los niveles históricos de República Dominicana.

Es relevante destacar que la normalización monetaria a nivel mundial tomará tiempo. La Fed, en particular, deberá llevar la expansión monetaria a niveles cónsonos con una inflación más baja. Mientras esto no ocurra y no se absorba la cantidad de dinero ya creada, los aumentos de precios seguirán afectando a los ciudadanos del mundo.

Debido a que las condiciones monetarias internacionales están determinando los costos a nivel interno y, en consecuencia, los precios, es preciso adoptar políticas para amortiguar estos efectos.

En sentido amplio, las políticas públicas deben estar dirigidas a eliminar elementos que incrementan los costos internamente y a propiciar un mejor clima de negocios para aumentar la cantidad de inversiones.

La economía dominicana se beneficiaría de:

  • menos regulaciones,
  • eliminar y reducir impuestos,
  • liberalizar y flexibilizar mercados,
  • suprimir elementos ajenos al mercado que limitan la competencia en algunos segmentos,
  • reducir aquellos procesos burocráticos que limitan las inversiones

Hay opciones factibles. Una de estas sería propiciar reducciones de los precios de los combustibles. Además de ser pagados por los consumidores, tienen una incidencia en los costos de la economía y, en consecuencia, en los precios de otros bienes y, también, de los servicios. La reforma a la ley de hidrocarburos deberá tener en cuenta los factores que encarecen los precios. Uno de estos es el mismo precio de referencia determinado por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes. Otro elemento se relaciona con el conjunto de márgenes de distribución, transporte y comercialización fijados por dicho ministerio. Los impuestos constituyen un factor muy importante e imprescindible en una reforma a la ley de hidrocarburos. Un consumidor en República Dominicana paga 34% del precio final de las gasolinas en impuestos. Una empresa que adquiere gasoil paga 26% del precio final en impuestos selectivos, que luego pasará una parte a los consumidores de sus bienes.

Una reforma impositiva que reduzca y elimine impuestos representa una oportunidad adicional para disminuir precios dentro de la economía, incrementar los ingresos reales de los ciudadanos y facilitar inversiones en bienes de producción que, a su vez, ayudarían a reducir costos. Hacedores de políticas, comentaristas y diferentes miembros de la sociedad conocen la propuesta que en este sentido ha elaborado CREES junto con en el experto tributario ampliamente conocedor del sistema impositivo dominicano Francisco Canahuate Disla.

El mercado de transporte de carga también brinda una oportunidad de reducción de costos si se toma la decisión de que este opere con mayor libertad, y que la fijación de precios dentro de este sea producto de la competencia. Este constituye un ejemplo de supresión de elementos ajenos al mercado que inciden en los precios de un servicio.

Nos atrevemos a afirmar que aplicar políticas públicas como las anteriores sería una ruptura con la complacencia que por más de dos décadas hemos vivido en materia económica. Romper con esta complacencia constituye evaluar políticas alternas que puedan aportar soluciones a problemas de la ciudadanía y terminar con la práctica de favorecer el statu quo desde el punto de vista estructural de la economía.

Este artículo fue publicado originalmente en CREES (República Dominicana) el 31 de enero de 2022.