Extorsiones y un fondo soberano
Tad DeHaven afirma que el presidente Donald Trump no puede simplemente ordenar que se destine dinero a un fondo presidencial de su propia creación.
Por Tad DeHaven
Los instintos autocráticos de Donald Trump regresaron a la Casa Blanca en enero, pero esta vez no habría adultos en la sala para disuadirlo de ir por todo. En materia de política económica, no fue ninguna sorpresa que se intensificara la agenda arancelaria, aunque los argumentos y la ejecución hayan sido desconcertantes. Sin embargo, es dudoso que alguien previera que las principales empresas estadounidenses fueran parcialmente nacionalizadas en los primeros seis meses.
En retrospectiva, la semilla se plantó en febrero, cuando Trump firmó una orden ejecutiva en la que instruía a su administración a planificar la creación de un fondo soberano estadounidense (una mala idea), que podría facilitar la participación del Gobierno en empresas privadas. La orden instruía al secretario de Comercio, Howard Lutnick, y al secretario del Tesoro, Scott Bessent, a presentar el plan al presidente en un plazo de 90 días, incluyendo recomendaciones sobre mecanismos de financiación, estrategias de inversión, estructura del fondo y un modelo de gobernanza.
En mayo, se informó de que los planes se habían presentado a los funcionarios de la Casa Blanca, pero estos no quedaron satisfechos con el resultado, por lo que no se entregaron al presidente. "Aún no se ha tomado ninguna decisión definitiva", afirmó un portavoz de la Casa Blanca.
Fuentes anónimas dijeron a Bloomberg que los planes para un fondo grandioso "se topaban con realidades legales, financieras y políticas" y habían pasado a tener una prioridad menor. De manera inquietante, las fuentes también dijeron que los planificadores del Comercio y el Tesoro habían buscado "formas de diseñar la gobernanza del fondo para garantizar que estuviera aislado de la influencia política", pero que "eso podría haber socavado la capacidad de la Casa Blanca para utilizar el fondo para las prioridades políticas de Trump".
Al parecer, la Casa Blanca está tratando de encontrar otras formas de satisfacer al jefe:
- 13 de junio: Trump emite una orden ejecutiva que permite el acuerdo entre Nippon Steel y US Steel a condición de que se conceda al Gobierno una "acción de oro" que permita al presidente ejercer un amplio control sobre las operaciones de US Steel.
- 10 de julio: El Departamento de Defensa (DoD) presenta un paquete de varias partes con acciones preferentes convertibles, derechos de compra de acciones a un precio fijo antes de determinada fecha y garantías de préstamos, lo que lo convierte en el principal accionista del productor de metales de tierras raras MP Materials.
- 23 de julio: La Casa Blanca afirma que el acuerdo con Japón para reducir el llamado arancel recíproco del presidente sobre las importaciones japonesas viene acompañado de un "fondo de inversión" japonés de 550.000 millones de dólares que controlará Trump.
- 31 de julio: Trump afirma que el acuerdo con Corea del Sur para reducir los denominados aranceles recíprocos sobre las importaciones surcoreanas incluye una inversión de 350.000 millones de dólares financiada por Corea del Sur en proyectos "propiedad y controlados por Estados Unidos" que él mismo seleccionará.
- 11 de agosto: La Casa Blanca confirma un acuerdo "sin precedentes" con Nvidia y AMD que les permite vender determinados chips a China a cambio del 15% de las ventas.
- 12 de agosto: En una entrevista con Fox Business, Bessent señala las supuestas inversiones de Japón, Corea del Sur y la UE "hasta cierto punto" y afirma: "Otros países, en esencia, nos están proporcionando un fondo soberano".
- 22 de agosto: Quince días después de pedir la dimisión del director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, Trump anuncia que Estados Unidos adquirirá una participación del 10% en Intel utilizando la Ley CHIPS y fondos del Departamento de Defensa, convirtiéndose en el mayor accionista individual de Intel.
El lunes, mientras discutía la participación accionarial en Intel, el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, declaró a CNBC que está "seguro de que en algún momento habrá más transacciones, si no en este sector, en otros". Antes de hacer esta afirmación, señaló: "El presidente ha dejado claro desde la campaña que, en su opinión, sería estupendo que Estados Unidos empezara a crear un fondo soberano".
Sin embargo, el martes, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, declaró a CNBC que la Administración no va a crear un fondo soberano. En su lugar, Lutnick afirma que se "creará" un "fondo de seguridad nacional y económica" con el dinero que, según la Administración, los países "nos van a dar... para construir nuestras infraestructuras en Estados Unidos" (Lutnick también afirma que la Administración está considerando la posibilidad de adquirir participaciones estatales en contratistas de defensa como Lockheed Martin).
Entonces, ¿qué pensar de todo esto?
La orden ejecutiva original solicitaba recomendaciones sobre los componentes del fondo soberano (financiación, estructura, gobernanza, normas de inversión, etc.). Sin embargo, el plan fue aparentemente descartado cuando la Casa Blanca se dio cuenta de que uno formal requeriría la intervención del Congreso y limitaciones para Trump. Hassett y Bessent siguen refiriéndose a un fondo soberano, y Lutnick dice que no lo es. Eso indicaría que los principales responsables económicos de la Administración lo han ido inventando sobre la marcha.
Los tres siguen haciendo referencia a un fondo, pero no existe ningún fondo formal y no se puede crear mediante una orden ejecutiva. Una orden ejecutiva puede ordenar a las agencias que coordinen acuerdos (capital, derechos de compra de acciones, condiciones de "acciones de oro"), pero el Congreso tiene que convertirlo en un vehículo de inversión mancomunado. Reutilizar y ampliar una estructura existente, como la Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos, también requeriría una nueva autoridad legal y dinero. En cuanto al dinero procedente de estos "acuerdos", por defecto va a parar al Tesoro en virtud de la norma de ingresos varios, a menos que una ley diga lo contrario.
Trump no puede simplemente ordenar que se destine dinero a un fondo presidencial de su propia creación.
Quizás, entonces, las extorsiones seguirán siendo puntuales y el presidente se contentará con tener un "fondo" en mente. En cualquier caso, como es habitual en esta administración, hay más preguntas que respuestas.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 29 de agosto de 2025.