Los reguladores bancarios federales hacen bien en revocar los principios climáticos

Jai Kedia y Jason Famularo consideran que la desviación de la misión limitada de la Reserva Federal hacia áreas politizadas solo sirve para distraer al banco central de sus funciones básicas de política monetaria.

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Por Jai Kedia y Jerome Famularo

El 16 de octubre, la Reserva Federal, la FDIC y la OCC revocaron los principios interinstitucionales para la gestión de riesgos financieros relacionados con el clima para las grandes instituciones financieras. Se trata de un avance positivo y una ocasión excepcional en la que los reguladores reducen su ámbito de actuación.

Estos principios planteaban muchos problemas, tal y como señaló la vicepresidenta de Supervisión, Michelle Bowman. Lo más importante es que los principios exceden con creces el mandato limitado de la Reserva Federal, que es la estabilidad de la inflación y el máximo empleo. Es incorrecto utilizar la regulación financiera para combatir el cambio climático.

La desviación de la misión hacia áreas con carga política en las que la Reserva Federal no puede influir directamente solo sirve para distraer al banco central de sus funciones básicas de política monetaria. Por ejemplo, durante la pandemia, la Reserva Federal no alcanzó su objetivo de inflación al centrarse más en los resultados distributivos del mercado laboral. La Reserva Federal tardó 20 meses en subir el objetivo de las tasas de interés, lo que probablemente fue un factor que afianzó y elevó la inflación.

Las instituciones financieras ya gestionan el riesgo y deben centrarse en aquellos riesgos que son importantes para sus inversores. Las desviaciones hacia ámbitos partidistas, como el riesgo climático, son una distracción y, en la medida en que el riesgo climático es importante, los bancos ya lo incluirán en sus cálculos de riesgo. En la medida en que no es importante para los cálculos de riesgo de los bancos, estos requisitos provocan distorsiones en importantes señales de precios.

Además, los requisitos innecesarios también dan lugar a consecuencias no deseadas, como un encarecimiento o una reducción de los préstamos debido a los costes añadidos del cumplimiento normativo. No solo se esperaba que las empresas realizaran análisis de escenarios a largo plazo que se extendieran mucho más allá de los horizontes temporales típicos, sino que tampoco hay claridad sobre la trayectoria futura de la política relacionada con el clima. Las vagas declaraciones de los principios significaban que las instituciones financieras se enfrentaban a expectativas poco claras y al riesgo de una regulación cada vez más estricta.

Los principios también se centrarían en el "riesgo de transición", que se refiere al riesgo al que se enfrenta una empresa por el cambio a una economía baja en carbono. Se esperaba que los bancos consideraran arriesgadas a las empresas intensivas en carbono, lo que aumentaría los costes de los préstamos para esas empresas. Esto es problemático porque el enfoque en este riesgo intenta restringir arbitrariamente a las empresas intensivas en carbono a través de la regulación financiera.

La rescisión reconoce estos problemas y supone un gran paso en la dirección correcta. Ahora, la Fed puede seguir reduciendo su ámbito regulatorio y centrarse por completo en su doble mandato. A continuación, debería aplicar una política monetaria basada en normas para limitar la discrecionalidad y crear un régimen monetario más estable y predecible.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 20 de octubre de 2025.