La corrupción se alimenta de instituciones débiles
por Richard W. Rahn
Richard W. Rahn es Director del Center for Economic Growth y académico asociado al Cato Institute.
La causa de gran parte de los problemas y fracasos en la transición del comunismo a economías de mercado -en países como Rusia, Ucrania, Rumania y Bulgaria- ha sido la falta de seguridad jurídica y la ausencia de igualdad ante la ley.
Por Richard W. Rahn
La causa de gran parte de los problemas y fracasos en la transición del comunismo a economías de mercado -en países como Rusia, Ucrania, Rumania y Bulgaria- ha sido la falta de seguridad jurídica y la ausencia de igualdad ante la ley.
Cualquiera que lee la prensa está consciente de la difundida corrupción en estos países. La corrupción es tal que es prácticamente imposible que un empresario sobreviva sin tener que pagar protección a algún funcionario gubernamental. Que la empresa sea extranjera no ayuda ni tampoco su tamaño.
Recientemente se informó sobre las inmensas pérdidas sufridas por Amoco/British Petroleum en Rusia, aparentemente debido a las prácticas poco éticas tanto de sus socios locales como de sus competidores. Originalmente, esa inversión había sido anunciada por Tony Blair y Boris Yeltsin con bombo y platillos. Los bancos internacionales también han sufrido grandes pérdidas y hasta el FMI fue engañado por el Banco Nacional Ruso. En el caso de mi propia empresa, nuestro personal ha sido amenazado y nuestros equipos destruidos o robados.
La actitud de los gobiernos occidentales más bien ha fomentado la corrupción en Rumania y Bulgaria. Las sanciones impuestas a Yugoslavia dispararon el contrabando y al poder los contrabandistas pagar grandes sobornos a funcionarios públicos, aumentó la corrupción de los regímenes.
Sabemos que las sanciones económicas no privaron a los serbios de nada, sólo lograron aumentar los precios y los sobornos a funcionarios en Bulgaria, Rumania, Macedonia, etc. Todo eso erosionó aún más el respeto por las leyes en la región.
El resultado de la corrupción es la reducción de inversiones tanto extranjeras como internas y, por lo tanto, la caída del rendimiento económico. Los empresarios en estos países confrontan dificultades insuperables en la medida que no saben de antemano lo que se les permitirá hacer ni cuáles serán sus verdaderos costos. La corrupción, lo mismo que los altos impuestos, reduce considerablemente la oferta de capital y de mano de obra. Por eso vemos que el flujo de capital es negativo en países como Rusia, a pesar de toda la ayuda extranjera que recibe.
Los asesores extranjeros en parte han fracasado por no entender la historia y la cultura de la gente con la que tratan. Polonia, la República Checa y Hungría eran países europeos, pero Rusia no. Rusia jamás tuvo un cuerpo de leyes comerciales ni los mecanismos necesarios para hacer respetar la propiedad y hacer cumplir los contratos. Es importante recordar que el desarrollo del derecho consuetudinario en Holanda e Inglaterra fue anterior a la Revolución Industrial, permitiendo la acumulación de capital y la inversión en industrias lucrativas. Rusia intentó tener una Revolución Industrial sin leyes (sólo con derecho administrativo), cambiando las reglas según los deseos de quien tuviera el poder. La gente que vive bajo regímenes arbitrarios y cambiantes tiende a no respetar las leyes.
Para comienzos del siglo XX, casi todas las naciones occidentales gozaban de un sistema de leyes funcional, o el derecho consuetudinario inglés o un sistema derivado del Código Napoleónico. Pero en Rusia, el sistema autocrático duró hasta 1907, cuando se comenzó a crear un sistema legal moderno, suspendido tras el asesinato del primer ministro Pyotr Stolypin en 1911 y luego destruido por la revolución comunista de 1917.
El sistema legal comunista no estaba diseñado para proteger la propiedad ni las transacciones comerciales, sino para servir al Partido y a aquellos en el poder. Esto unido a la incomprensión de los comunistas acerca de cómo ocurre el crecimiento económico hizo que la gente recibiera lecciones económicas equivocadas. Si usted cree que la manera de aumentar su bienestar es reduciéndoselo a otro, la idea de un contrato bajo el cual ambas partes se benefician es totalmente incomprensible.
Los fondos del Banco Mundial y del FMI a menudo han servido sólo para enriquecer a delincuentes, préstamos que luego tienen que ser pagados por una ciudadanía empobrecida. Si el Banco Mundial y el FMI hubieran insistido en la privatización y en un sistema judicial no corrupto antes de proceder a entregar sus préstamos, los resultados hubieran sido muy diferentes.
La mayoría de las naciones del Este de Europa son ricas en recursos naturales. Si esos recursos se utilizaran como colateral para su desarrollo, el capital extranjero fluiría a esas naciones si hubiese seguridad jurídica. Es hora que los políticos y los periodistas de occidente le digan claramente a los gobernantes de esas naciones que ellas siguen siendo pobres por su corrupción. Y si quieren obtener el estilo de vida de los occidentales tendrán que comenzar a actuar con responsabilidad.
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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