El riesgo de otro conflicto militar entre India y Pakistán
Swaminathan S. Anklesaria Aiyar señala que Pakistán lleva mucho tiempo diciendo que considerará cualquier desvío de agua como un acto de guerra y si se viera presionado, podría atacar las presas de India en los ríos, pero India también podría atacar las presas pakistaníes cercanas.
chrispecoraro/E+ via Getty Images
Por Swaminathan S. Anklesaria Aiyar
India y Pakistán corren peligro de iniciar otro conflicto armado. India podría atacar a Pakistán tras acusar a su vecino de colaborar en un atentado terrorista en la parte del estado de Jammu y Cachemira controlada por India que se cobró 26 vidas la semana pasada. En el último año se han producido varios atentados terroristas de menor magnitud.
El primer ministro indio, Narendra Modi, se enorgullece de actuar con dureza con Pakistán. En 2016, ordenó "ataques quirúrgicos" a través de la frontera para golpear presuntos campamentos terroristas. En 2019, cuando unos terroristas atacaron un convoy paramilitar indio y mataron a 40 soldados, Modi respondió bombardeando un campamento terrorista en Balakot (Pakistán).
Pakistán siempre ha negado cualquier relación con los ataques terroristas en Cachemira, afirmando que se trata de problemas internos indios de los que India pretende culpar a su vecino. Cuando India bombardeó Balakot en 2019, Pakistán respondió con un contraataque aéreo en el que derribó y capturó a un piloto indio. El piloto fue liberado bajo presión diplomática. Ambas partes se atribuyeron la victoria, vitoreadas por los leales medios de comunicación nacionales. Se evitó una escalada mayor.
El historial de Modi sugiere que podría responder militarmente al último ataque terrorista. El historial de Pakistán sugiere que tomará represalias contra cualquier ataque indio. ¿Evitarán de nuevo los dos países con armamento nuclear una nueva escalada?
Muy probablemente, sí. Pero nunca se pueden descartar errores imprevistos. La mejor oportunidad de evitar una escalada es que la retórica patriótica de ambas partes se desplace a otro campo: la disputa por las aguas fluviales compartidas.
En 1958, India y Pakistán firmaron el Tratado de las Aguas del Indo (IWT), por el que se repartían las aguas fluviales que fluyen desde el Himalaya hasta Pakistán. En él se reservaban los tres ríos del norte –Indus, Jhelum y Chenab– para Pakistán y los tres del sur –Sutlej, Ravi y Beas– para India. Sin embargo, India podría generar energía hidroeléctrica a partir de los ríos del norte mediante proyectos a filo de agua que almacenan cantidades insignificantes de agua.
Tras el último atentado terrorista en Cachemira, India ha suspendido su participación en el Tratado. Ya no solicitará la aprobación de Pakistán ni de un tribunal de aguas fluviales para nuevos proyectos en los ríos del norte. El ministro del Interior, Amit Shah, ha iniciado reuniones para debatir medidas a corto, medio y largo plazo. A corto plazo, el desbaste y la excavación de los minipreservorios existentes podrían aumentar marginalmente su capacidad de almacenamiento, pero no lo suficiente como para retener agua de forma significativa o liberar el agua retenida para causar inundaciones ruinosas río abajo.
A medio plazo, India podría convertir las presas de pasada en presas de almacenamiento mucho mayores para generar más electricidad y utilizar el agua con fines estratégicos. A largo plazo, India podría desviar los ríos del norte hacia los del sur a un coste elevado, privando de agua a los campos de Pakistán.
Pakistán lleva mucho tiempo diciendo que considerará cualquier desvío de agua como un acto de guerra. Si se viera presionado, podría atacar las presas de India en los ríos. Pero India también podría atacar las presas pakistaníes cercanas. Estos escenarios tardarán años en desarrollarse. El mayor peligro es una acción armada inminente por parte de India, seguida de represalias pakistaníes.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 28 de abril de 2025.