<p>...para mí el Estado es el enemigo común ahora; yo querría —eso lo he dicho muchas veces— un mínimo de Estado y un máximo de individuo. Pero, quizá sea preciso esperar . . . no sé si algunos decenios o algunos siglos —lo cual históricamente no es nada—, aunque yo, ciertamente no llegaré a ese mundo sin Estados. Para eso se necesitaría una humanidad ética, y además, una humanidad intelectualmente más fuerte de lo que es ahora, de lo que somos nosotros; ya que, sin duda, somos muy inmorales y muy poco inteligentes comparados con esos hombres del porvenir, por eso estoy de acuerdo con la frase: 'Yo creo dogmáticamente en el progreso'</p>
<p>Jorge Luis Borges y Osvaldo Ferrari, <em>En diálogo I</em> (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1985), p. 220.</p>