Avanzamos hacia mayor libertad
por Edward H. Crane
Edward H. Crane es el Presidente Ejecutivo del Cato Institute.
En 1772, cuando el mundo tenía 775 millones de habitantes, se estima que apenas 33 millones vivían bajo gobiernos relativamente libres. Según el historiado Arthur Young, 95% de los hombres eran "miserables esclavos de déspotas". Y según Julian Simon, en 1848, 72% de la población de Austria y 50% de los húngaros eran siervos.
Por Edward H. Crane
En 1772, cuando el mundo tenía 775 millones de habitantes, se estima que apenas 33 millones vivían bajo gobiernos relativamente libres. Según el historiado Arthur Young, 95% de los hombres eran "miserables esclavos de déspotas". Y según Julian Simon, en 1848, 72% de la población de Austria y 50% de los húngaros eran siervos.
Utilizando otra medida, el ingreso per capita anual en el mundo, en 1800 era de $100, para 1900 había aumentado a $500, para el año próximo a $5.000 y se estima que para fines del próximo siglo alcanzará $40.000, más alto que el promedio actual de las naciones industrializadas de occidente. Además, cualquier evaluación a largo plazo de la libertad tiene que tomar en cuenta el colapso del comunismo. Cientos de millones de personas ya no viven hoy bajo el yugo comunista y los cambios han sido dramáticos, inclusive en Rusia. China también está cambiando. Hace poco AP distribuyó la foto de un manifestante en la plaza Tiananmen, con un paraguas que decía: "Privaticen. Denle todas las propiedades del estado a la gente". Fue arrestado, por supuesto, pero cuando ideas subversivas como esa están vivas, el fin se acerca para los rufianes en Beijing.
Y no todos los líderes chinos son rufianes. Hace un par de años, José Piñera y yo nos reunimos en Shanghai con el funcionario encargado de diseñar un sistema de pensiones en China. Su nombre es Sun Jianyong y al acercársenos en la recepción del hotel, José le dijo: "usted es mucho más joven de lo que anticipé". Y Sun le contestó: "pero usted apenas tenía 30 años cuando privatizó el sistema de pensiones en Chile". Seguidamente nos confesó ser gran admirador del sistema chileno, por la alta rentabilidad percibida por los jubilados, el auge económico creado por el ahorro masivo y por la dignidad ganada por gente que no depende del estado para vivir el otoño de sus vidas.
Otra señal de que la libertad avanza es que los políticos como Bill Clinton y Tony Blair no hubieran adoptado la frase "tercera vía" si el socialismo no estuviese totalmente desacreditado. Son izquierdistas que tratan desesperadamente de escondérselo a los electores. Puede que tengan éxito por cierto tiempo, pero llámense como se llamen siempre terminarán promoviendo mayor intervención estatal. Los políticos de la "tercera vía" tratan de endulzar la retórica estatista con alusiones al libre mercado y a la reinvención del gobierno, pero en la era de la información, más temprano que tarde, su posición fraudulenta será descubierta.
Dos terceras partes de la población de Estados Unidos apoya la privatización del Seguro Social y en el caso de los menores de 50 años, el apoyo es casi unánime. Cuando se pregunta si los trabajadores o el gobierno debe invertir los fondos de pensiones, cinco a uno dicen que deben ser los individuos.
Por el contrario, cuando a los congresistas les preguntan si los ciudadanos saben lo que se debe hacer, 47% dice que no y 87% de los empleados gubernamentales dicen que no. Allí se evidencia el inmenso precipicio que separa a la clase política de la gente común y corriente, lo cual para mí es otra fuente de optimismo.
Actualmente el monopolio gubernamental de la educación está bajo ataque. Los sindicatos de maestros están en retirada. Cuando hace 10 años, Milton Friedman propuso los vales escolares, los sindicatos de maestros se sentían inmunes a cualquier crítica.
En el área de los servicios médicos, ya se comprende bien que la moda de que terceros paguen por el servicio (sea el gobierno o las aseguradoras) es lo que ha disparado el costo y la burocratización de la medicina en Estados Unidos. También crece la oposición a un sistema de impuesto sobre la renta con 9 mil páginas de reglamentos. Cuando en el Cato Institute organizamos conferencias para discutir el impuesto de tasa única o un impuesto a las ventas (diferente al IVA), es casi imposible conseguir a un político o burócrata que venga a defender al sistema actual. Y en el campo de libre comercio seguimos avanzando. En 1929, el arancel promedio de Estados Unidos era casi 60%, hoy es menos de 4%.
En el Cato Institute preferimos discutir la batalla política en términos de la sociedad civil versus la sociedad política, en lugar de izquierda contra conservadores o libertarios. En la sociedad civil, usted escoge cómo vivir su vida, cómo gastar su dinero, a cuáles escuelas enviar a sus hijos, etc., mientras que la sociedad política se basa en la coerción: es el político o el burócrata quien toma esas decisiones en nombre suyo. El objetivo, pienso yo, es minimizar el papel de la sociedad política para proteger nuestra libertad individual.
El futuro de la libertad se ve esplendoroso, pero no sucederá automáticamente. Requiere liderazgo y apertura. Todos podemos hacer nuestro aporte individual.
Artículo adaptado de un discurso en la Conferencia de Vancouver de la Sociedad Mont Pelerin, Septiembre 1999, por Carlos A. Ball, director AIPE:Ball.AIPE@worldnet.att.net