Amazon no “ganó” la Elección de Sindicalización de Alabama, la ganaron los trabajadores

Walter Olson comenta la elección que perdió el sindicato RWDSU contra Amazon en el complejo de bodegas de Amazon en Bessemer, Alabama.

Por Walter Olson

En un momento en que nuestro sistema democrático está bajo constante ataque, la última cosa que EE.UU. necesita es todavía otra elección en la que el perdedor se niega a conceder la victoria. Esa es una razón por la que los observadores de la política se preocupan cuando los candidatos estadounidenses se agarran de evidencia floja, imaginada, o ausente para decir que una elección perdida fue “manipulada” o “robada”.

Deberían mirar de reojo lo que hace el Sindicato de Retail, Wholesale, and Department Store (RWDSU). Se dice que el RWDSU se está preparando para presentar una querella ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) luego de perder su tan publicitada elección en el complejo de bodegas de Amazon en Bessemer, Alabama por un margen impresionante de 1.798 votos en contra de la representación y solo 738 votos a favor.

Si usted asumió que la votación sería más apretada que eso, usted podría ser perdonado. Ciertos sectores de la prensa nacional habían sobredimensionados el voto de Bessemer como un tenso momento nacional decisivo, con algunos reporteros volviéndose alentadores no críticos del sindicato. Luego de la votación, la edición impresa del Washington Post que llegó a la puerta de mi casa portaba el titular en la portada: “La victoria Amazon conta el sindicato es la última en la batalla de las Big Tech vs. sus trabajadores”.

Lea eso nuevamente —“vs. sus trabajadores”. En la mente del escritor del titular, los que los “partidarios de los trabajadores” querían parece eclipsar totalmente lo que los verdaderos trabajadores en el lugar de hecho querían. 

La teoría de manipulación de la elección del RWDSU depende de la supuesta práctica laboral injusta de Amazon de hacer que el Servicio Postal de EE.UU. instale una caja de correo postal afuera del lugar trabajo para facilitar que los empleados depositen su voto (lo cual también podían hacerlo de otras maneras). En lo que parece una discusión normal de elecciones estos días, multiplicar las opciones convenientes para votar para permitir una participación alta es frecuentemente visto como algo bueno, mientras que bloquear la introducción de dichos métodos levanta sospechas de supresión de votos. En la revista National Review, Charles Cooke dice que la afirmación del sindicato es especialmente “ridícula”:

“…cuando uno nota que el sindicato respalda ‘card check’, lo cual significa que su posición institucional es que el uso de una caja de correo postal constituye una intimidación pero que la abolición del voto secreto no”.

Todos aquellos involucramos con el derecho laboral sabemos que la analogía entre las elecciones en torno a la representación en los sindicatos y las elecciones para un cargo público es en el mejor de los casos sumamente imperfecta. Aún así, es notable cuánto la postura supuestamente progresista en torno a la votación para la representación en los sindicatos se aparta de lo que en otros lugares se denomina agenda de democracia. La idea de “card check” es permitir que la representación dependa de la voluntad de usted, el empleado, de firmar una tarjeta luego de que una delegación de organizadores fornidos aparezcan en su casa sugiriendo que usted lo haga. Deberíamos estar contentos de que las elecciones regulares no funcionan de esa manera.

La Ley PRO pendiente, que ya ha sido aprobada en el Congreso, empeoraría las cosas considerablemente (el texto está aquí; ver también mi publicación acerca de esta ley). Como Allen Smith indica en un artículo para Society for Human Resource Management:

“Bajo la Ley PRO, si un sindicato pierde una elección de voto secreto, podría plantear una acusación de práctica laboral injusta, cuestionando los resultados. Entonces, si el empleador no puede demostrar que la supuesta práctica laboral injusta no afectó los resultados de la elección y hay card check (una mayoría de las firmas en las tarjetas de autorización del sindicato), el sindicato podría ser automáticamente certificado para representar a los trabajadores, aún cuando el sindicato haya perdido la elección”.

Eso es lo correcto —la NLRB, un cuerpo sumamente político, podría simplemente decretar que una pérdida del sindicato en el conteo de votos podría ser convertida en una ganancia. Nótese también el cambio de la carga de las pruebas hacia el empleador para demostrar que la conducta acusada “no afectó los resultados de la elección”.

Esta no es la forma de realizar una elección, pensaríamos muchos de nosotros. ¿Por qué está bien según los miembros del Congreso que aprobaron la Ley PRO?

Este artículo fue publicado originalmente en Inside Sources (EE.UU.) el 12 de abril de 2021.