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Hace un par de meses se aprobó la ley denominada SPACE Act of 2015 (SPACE, según sus siglas en inglés), presentada en el congreso por el representante Kevin McCarthy (Republicano, California, Distrito No. 23) y ya aprobada por el presidente Barack Obama, lo que convierte a EE.UU. en un pionero en relación al campo de la minería en el espacio estelar.

Básicamente, la nueva Ley permite a los ciudadanos de EE.UU. tomar parte en la exploración y explotación comercial de los recursos del espacio, lo que incluye, por ejemplo, al agua y a los minerales que puedan llegar a extraerse de los cuerpos celestes. Esto abre inmensas posibilidades de encontrar nuevas grandes cantidades de los metales ya conocidos, como ser oro, plata, platino o cobre, nuevos lotes de agua para consumo humano, yacimientos de petróleo que prolonguen el uso del mismo para crear energía, y por qué no, nuevos tipos de elementos químicos hoy desconocidos por nosotros pero que pueden llegar a revolucionar nuestra vida cotidiana actual.

Ahora bien, para poner en contexto esta noticia, conviene detenerse unos minutos en el pasado. La historia del mundo ha demostrado que es imposible operar en los mercados sin un marco institucional que nos permita definir claramente sus reglas y, así, asumir o no la posibilidad de tomar riesgos con la intención de minimizar lo más posible los costos en que se van a incurrir. Este contexto no le es, ciertamente, ajeno a la historia de EE.UU. Es que, salvando las distancias, se puede comparar esta novedad directamente con la llamada Gold Rush, o Fiebre del Oro, que se dio en la costa oeste americana hacia el año 1850. En esa época, miles de personas dejaban sus ciudades originarias y tomaban el riesgo (y la aventura) de atravesar el desierto central, para migrar a las costas californianas y así llegar a la posibilidad de hacerse del preciado oro que les cambiaría, tal vez, la vida para siempre. Obviamente esto no solo les trajo ganancias personales a los pioneros, sino que tales beneficios se diversificaron hacia toda la sociedad y permitieron las bases del fabuloso progreso y conquista del Lejano Oeste, con obras monumentales para la época como la construcción de líneas ferroviarias que conectaban el este con el oeste, florecieron incontables pueblos (luego algunos grandes ciudades), los telégrafos, etc.

Es importante resaltar que, finalmente, en el fondo de las causas de la Gold Rush estaba el respeto irrestricto a los derechos individuales de propiedad. Comparativamente, mientras la gente en el norte arriesgaba todo por un poco de oro, en Latinoamérica pasaba todo lo contrario. Y sucede que la diferencia entre América Latina y EE.UU. fue que, en la primera, el Rey durante la colonia era dueño de todo el subsuelo (en ese momento fundamentalmente oro y de la plata), y luego de los distintos procesos independentistas, ese propiedad pasó de la corona a los gobiernos federales (en otras palabras, de un monopolio del monarca a un monopolio gubernamental), mientras en EE.UU. pasó todo lo contrario. Al independizarse y dejar de ser una colonia inglesa, los minerales en el suelo y subsuelo pasaron a ser propiedad de las personas, no de los gobiernos. En definitiva, tomaron el respeto inviolable del Rule of Law, de su anterior colono, y lo aplicaron al nuevo estado naciente.

Hoy, 150 años después, se toma como correcto punto de partida el derecho romano y el concepto res nullius, a través del cual la propiedad no le pertenece a nadie en abstracto, sino hasta que alguien reclama posesión de la misma. Es decir, se enfatiza en el espíritu de la libertad y una estructura de leyes para la defensa de la propiedad de sus ciudadanos.

La Ley SPACE de 2015 es la versión siglo XXI de EE.UU., que ha dado más libertad de ejercicio a sus ciudadanos como nunca en la historia de la humanidad, teniendo en cuenta que el motor del progreso de las civilizaciones es la libre acción humana. Por supuesto, la libertad individual le permitirá a cada uno actuar y proceder por sus propios valores. Los mismos se someterán, claro, a un proceso deliberado de preferencias, elecciones y selecciones de medios para lograr los nuevos fines que les brinda esta nueva Ley. Pero la misma abre un promisorio futuro para la humanidad, tan importante y complejo que hoy no es posible aventurar un pronóstico final acerca de la conquista del espacio. Pero si podemos afirmar que se trata de un excelente primer paso.

En esta noticia podemos ver declaraciones de políticos y empresarios ecuatorianos que indican que estarían llegando a un acuerdo acerca de una medida para sustituir las salvaguardias (aranceles adicionales por encima de las barreras comerciales previamente existentes) impuestas por el gobierno en marzo de 2015.

Gobierno y empresarios discuten alternativa... por Teleamazonas

Estas salvaguardias, al igual que otras anteriores y potenciales próximas restricciones comerciales, suelen ser justificadas con el argumento de que tenemos que evitar que salgan más dólares de los que entran. Aunque los problemas de balanza de pagos no se dan en una economía dolarizada (por ser la oferta de dinero determinada por la oferta y demanda de los usuarios de dólares), persiste en Ecuador la pesadilla de que un día nos quedaremos sin dólares. Esta pesadilla es aprovechada por el gobierno para implementar todo tipo de medidas mercantilistas, que, como es de esperar, agradan a no poco empresarios que esperan beneficiarse de ellas. Sucede que desde tiempos de Adam Smith, cuando los políticos y los empresarios se ponen de acuerdo, suelen salir goleados los consumidores.

En medio de esta confusión, el gobierno ha venido anunciando la posible implementación de un timbre cambiario que no es necesario, sería contraproducente, y no sería otra cosa que un subsidio a los exportadores costeado por los consumidores. Esto equivaldría a crear una especie de "cupos de importación", algo inconsistente con la dolarización y que equivaldría a ejercer una especie de política cambiaria.

En el primer Libro IV de La riqueza de las naciones, Adam Smith esgrime argumentos que considero relevantes a la situación actual de un Ecuador dolarizado, sistema monetario que es lo más cercano en el mundo moderno al patrón oro:

"Un país sin minas propias debe indudablemente obtener su oro y plata en el exterior, igual que obtiene sus vinos un país sin viñedos. No es necesario que el Estado atienda más a uno de estos objetos que al otro...Podemos confiar con total seguridad en que el comercio libre nos proveerá del vino que necesitamos, y con la misma seguridad en que siempre nos suministrará todo el oro y toda la plata que podamos comprar o emplear en la circulación de nuestras mercancías o en otros usos.

La cantidad de cualquier mercadería que el trabajo humano puede comprar o producir se regula naturalmente en cualquier país por la demanda efectiva, o la demanda de aquellos que están dispuestos a pagar el total de la renta, el trabajo y los beneficios que hay que pagar para prepararla y traerla al mercado. Pero ninguna mercancía se regula más fácil y precisamente según esa demanda efectiva que el oro y la plata, ninguna mercancía puede ser transportada de un sitio a otro más fácilmente...

Cuando la cantidad de oro y plata importada en un país supera a la demanda efectiva, ninguna vigilancia estatal impedirá su exportación....

...Desde cualquier punto de vista, entonces, nunca se emplea más innecesariamente la acción del gobierno que cuando se dirige a vigilar la preservación o el aumento de la cantidad de dinero de un país.

Y sin embargo, no hay queja más extendida que la de la escasez de dinero. El dinero, como el vino, siempre será escaso para los que no tienen medios para comprarlo ni crédito para tomarlo prestado. Los que tienen cualquiera de ellos rara vez echarán en falta el dinero o el vino que necesiten...Sería ridículo proceder seriamente a demostrar que la riqueza no consiste en dinero ni en oro ni plata sino en lo que el dinero puede comprar, y sólo vale porque lo puede comprar...

[…]

La importación de oro y plata no es el principal ni mucho menos el único beneficio que una nación deriva de su comercio exterior. Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho comercio, todos ellos obtiene del mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte excedente del producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el país, y trae de vuelta a cambio de ella otra cosa para la que sí hay demanda...Así, la estrechez del mercado local no impide que la división del trabajo en ninguna rama de las artes o las manufacturas alcance el grado más alto de perfección. Al abrir un mercado más amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la riqueza reales de la sociedad....

[…]

Lo que es prudente en la conducta de una familia nunca será una locura en la de un gran reino. Si un país extranjero nos puede suministrar una mercancía a un precio menor que el que nos costaría fabricarla, será mejor comprársela con el producto de nuestro trabajo, dirigido en la forma que nos resulte más ventajosa. Ciertamente no es ventajoso cuando se lo dirige hacia un objeto que es más barato comprar que fabricar. El valor del producto anual es evidentemente disminuido en un cierto grado cuando resulta así desviado de la producción de mercancías que claramente tienen más valor hacia la de mercancías que tienen menos....

[…]

Aunque la ausencia de esas intervenciones cause que la sociedad nunca tenga esa industria, ello no significa necesariamente que será más pobre en cualquier período de su existencia...

Los comerciantes y los industriales son las personas que obtienen el mayor beneficio del monopolio del mercado nacional...al estar agrupados en ciudades y acostumbrados al espíritu corporativo monopólico que prevalece entre ellos, procuran naturalmente obtener contra sus compatriotas los mismos privilegios exclusivos que habitualmente poseen contra los habitantes de sus ciudades respectivas.

Busqué la lista de los 10 países con mayor producción de petróleo y notará que con la excepción de Estados Unidos y Canadá, todos son dictaduras, o frágiles democracias plagadas por populismos ineficientes, mucha corrupción y pobreza.

¿Por qué los grandes productores de petróleo no pueden tener el nivel de desarrollo y estándar de vida que Estados Unidos, a pesar de sus vastos recursos naturales? La respuesta está en la diferencia del marco institucional, es decir en las diferentes reglas de juego que tiene cada país y uno de los aspectos más importantes, aunque no el único es el régimen de propiedad privada. Estados Unidos tiene un alto grado de respeto y protección a la propiedad privada hasta el punto que los recursos naturales como el petróleo son propiedad de quien es dueño de la tierra donde se extraen. Esto tiene muchas implicancias entre las que se encuentran los incentivos privados para explorar, producir, ser eficiente e innovar en un marco competitivo que premia a las mejores empresas y asigna eficientemente los recursos, además favorece la diseminación del poder económico en muchos dueños, lo cual significa un desconcentración del poder político.

En la mayoría de las naciones petroleras, este recurso pertenece al Estado. Esto crea un monopolio que genera ineficiencias y frena la innovación. En lo político genera gobiernos clientelistas, fortalece el poder del Estado en detrimento de los ciudadanos y de la democracia y genera incentivos para que grupos de poder controlen el Estado en beneficio propio. Por lo tanto, no es coincidencia que la mayoría de los países petroleros sean dictaduras, democracias débiles, regímenes plagados de corrupción y altos niveles de pobreza.

En general el mayor argumento para justificar el control del Estado sobre los recursos naturales es el de reducir la pobreza y evitar la riqueza excesiva de unos cuantos. En la realidad sucede lo contrario, la gente sigue pobre, es mantenida contenta con algunos subsidios y una pequeña élite política es inmensamente beneficiada. Es tan fuerte la relación entre el control de los recursos naturales y el auge de tiranías que difícilmente los actuales regímenes populistas de América Latina, especialmente en Venezuela, Ecuador y Bolivia pudieran haber surgido y mantenerse de no ser por el alto precio del petróleo. Aquí se da una paradoja interesante. El mayor producto de exportación de estos países se convierte en la causa de sus problemas políticos, en la causa de la ausencia de derechos civiles y de la perpetuación de la pobreza.

Santa Cruz de la Sierra, 31/01/16

La figura del empresario se encuentra cada día con peor imagen. Pareciera que poco a poco, con el tiempo, se transformó en la representación funesta de una persona. Desde luego, hay empresarios que dan motivos para que se genere esta visión. Sin embargo, de esto no se desprende que todos los empresarios sean así y mucho menos que su función sea dañina para la sociedad. Más bien, todo lo contrario. Tal como menciona el Doctor Alejandro Gómez en su libro Creadores de Riqueza, es cierto que las acciones de los emprendedores fueron motivadas en muchos casos por la ambición y el afán de lucro, pero también es cierto que sus invenciones generaron no sólo bienestar para ellos mismos sino para la sociedad en su conjunto. De esto se desprende, que es falso que un empresario se enriquece a costa de la comunidad, sino que la favorece con sus innovaciones. Además, comentaremos las oportunidades para emprendedores que no necesariamente crean fortunas.

Existen muchos casos de empresarios exitosos que lograron crear fortunas para ellos mismos. Pero además, generaron un aporte a la sociedad. ¿Quién hoy en día no es más productivo gracias a los avances tecnológicos de la computación? Sí, es cierto, Bill Gates o Steve Jobs se habrán enriquecido, pero la otra cara de la moneda es el trabajo y esfuerzo por brindar un bien que hizo que la sociedad en su conjunto sea más eficiente y productiva. Es un gran aporte que la humanidad pueda progresar por las innovaciones tecnológicas. El empresario sólo debería ser juzgado sí para lograr su fortuna actuó de manera anti-ética y violando derechos de terceros. De lo contrario, su fortuna se encuentra totalmente justificada. De esta manera, los emprendedores, al generar bienes que favorecen a la comunidad crean riqueza. Es en los países en donde se concentran reglas de juego claras, respetando el derecho de propiedad, en donde los empresarios dirigen sus inversiones. Es en éstos países, en donde se reduce la pobreza y se genera desarrollo.

Es común escuchar, que los casos exitosos de empresarios que generan aportes a la sociedad y se enriquecen son uno en millones. Esto es absolutamente cierto. Sin embargo, abundan los casos en donde emprendedores pequeños, guiados por los precios de mercado logran salir de situaciones comprometedoras y logran un buen vivir, sin volverse multimillonarios. Al respecto, hay un excelente documental realizado por el Instituto Acton titualdo The Call of the Entrepreneur donde cuenta casos de este estilo. Uno de los casos más llamativos, es el del campesino Brad Morgan. Según el documental Morgan se encontraba en una situación comprometida y por innovar logra salir de su desgracia. El campesino descubre que un producto que tenía valor cero en el mercado, al combinarse con otros productos y procesarlo creaba un nuevo producto que sí tenía valor en el mercado. En este sentido, sí se acumulan casos de empresarios, que al entrar en el juego de libre mercado comienzan a detectar oportunidades que antes no veían y se les presenta una oportunidad para salir situaciones adversas.

Es esto lo que aporte el libre mercado, cantidad de oportunidades. Por el contrario, la igualdad de oportunidades es una falacia que nunca podrá concretarse. Ante eso, lo que sí puede prometer el mercado, para aquellos que estén dispuestos a competir e innovar es cantidad de oportunidades. No todos lograran acumular inmensas fortunas, pero quienes lo hagan será porque están haciendo un aporte importante a la sociedad. Quienes no logren hacerse millonarios, sabrán que hay muchas oportunidades de crear riqueza y progresar.

Los acuerdos con el FMI suelen posponer la implementación de reformas estructurales, y en este caso un acuerdo con este organismo le daría alivio a un gobierno que ha demostrado gastar de manera irresponsable la bonanza petrolera. Los ecuatorianos no necesitan que su gobierno sea rescatado, más bien necesitamos protegernos nosotros mismos de nuestro gobierno exigiéndole que corrija sus errores. El riesgo moral ha viciado la relación entre los gobiernos clientes y el FMI. Siempre ha sido así. Como ejemplo considere la historia del FMI en Argentina o incluso más recientemente en Grecia.

Antes de cualquier discusión acerca de una reestructuración de la deuda con el FMI y otro organismo multilateral, es necesario que el gobierno demuestre en los hechos un genuino esfuerzo por reducir el gasto público, la verdadera raíz de nuestros problemas actuales. Esto no derivaría como muchos dicen en una mayor recesión, de hecho hay varios ejemplos de países dolarizados o euroizados que realizaron drásticas reducciones del gasto público y experimentaron como resultado una saludable recuperación. Si es cierto que la distorsión acumulada por este gobierno en una fiesta de gasto público no hay forma de resolverla sin que exista costos de por medio. La cuestión está en reducir a un mínimo el costo del ajuste y la duración de la recesión. Eso no se logra consiguiéndole un salvavidas a alguien que no da señal alguna de querer rectificar.

Acá está un artículo con este argumento más desarrollado y con más fuentes.

Publicado originalmente en 4pelagatos.com el 4 de febrero de 2016.

Los últimos años he escuchado reiteradas veces planteamientos sobre la posibilidad inminente de que Venezuela entre en crisis. Y cuando escucho este tipo de interrogantes o augurios yo me preguntó ¿Acaso Venezuela no está en crisis hace muchos años? ¿Acaso llegar al punto donde no hay productos básicos como la leche o el papel higiénico no califica como una crisis? ¿Acaso entrar a un almacén y que le digan luego de una cola de horas que solo puede comprar un jabón no es digno de arrancarse los pelos? ¿Acaso tener una de las tasas de homicidios más altas del mundo no es evidencia de una descomposición social? ¿Acaso las miles de muertes que suceden porque ya no hay insumos en los hospitales o porque los diabéticos no pueden conseguir insulina no son suficiente tragedia? ¿Acaso tener un gobierno tiránico no es espantoso?

Tal vez quienes auguran que Venezuela entrará pronto en una crisis entienden por crisis un golpe de Estado, motines militares, cobertura de la prensa internacional, periodistas en chalecos antibalas reportando desde las calles con disparos de fondo, en fin algo entretenido, digno de Hollywood. Para mí, eso sería un desenlace, una posible consecuencia de lo que Venezuela está atravesando hace muchos años. Porque la crisis está bien instalada en ese país, como también lo está en Cuba, sin que eso signifique que se avizore una revolución política en la isla en el futuro próximo. El cambio de régimen y el fin de la crisis pueden ser pacíficos o con violencia, pueden llegar en unos meses o puede demorar 50 años más, dependiendo del comportamiento de los propios venezolanos, pero la crisis no hay que esperarla, ya llegó hace mucho.

La culpa de la paupérrima situación venezolana no es su actual presidente Nicolás Maduro. El principal responsable de la crisis es Hugo Chávez quien condujo a Venezuela por la senda socialista. Sin duda, la ineptitud de Maduro y su empeño por seguir el mismo camino que su antecesor solo pueden agravar algo que ya era desastroso.

Para los Venezolanos hay una leve esperanza en los resultados de las últimas elecciones parlamentarias donde el partido de Gobierno perdió abrumadoramente. Ese pueblo que contradiciendo a falsos adagios como que “el pueblo nunca se equivoca” o que “la voz del pueblo es la voz de Dios” votó reiteradas veces por Hugo Chávez y su partido y por ende se equivocó reiteradas veces, está empezando a rectificar su gravísimo error.

El caso de la “valija de Antonini” acaecido en 2007 en Argentina, puso al descubierto el interés de Hugo Chávez –los hermanos Castro, por involucrarse activa y económicamente en los asuntos internos de los países de la región, con el fin de que en cada uno de ellos obtuviera el poder un político afín. Los objetivos perseguidos eran dos:

Por un lado, que bajo su égida  las dictaduras de origen electoral se fueran expandiendo por el continente; y por el otro, que respaldaran al chavismo-castrismo silenciando o haciendo la vista gorda a sus violaciones de los derechos políticos, civiles y humanos.

A su vez, el “escándalo de Petrobrás” en Brasil, sacó a la luz métodos más sofisticados de apoyo a mandatarios amigos. El sistema se basa en una triangulación, donde algunas compañías ganan enormes sumas de dinero de forma ilegítima bajo el auspicio estatal, y la contrapartida es financiar al partido gobernante en las campañas electorales.

En Uruguay, parlamentarios de la oposición se aprestan a investigar si durante la presidencia de José Mujica (2010-2015), no se puso en marcha un mecanismo similar. Específicamente, han puesto el foco en una situación que se conoció hace poco tiempo: los acuerdos comerciales firmados por Chávez y Mujica en enero de 2011, durante una visita de este último a Caracas. De esos negocios lo que más les llama la atención, es el papel desempeñado por la empresa Aire Fresco S. A.

A esa empresa se le otorgó la exclusividad de intermediar en TODOS los acuerdos comerciales (de importación y exportación) entre Uruguay y Venezuela, desde esa fecha hasta el día de hoy. El titular es Omar Alaniz, ex integrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Sus directivos son dirigentes o militantes del MPP  (sector político liderado por Mujica) y algunos de ellos forman parte del círculo más cercano del ex presidente.

A nivel parlamentario, el diputado de la oposición Alejo Umpiérrez sigue con atención esa situación porque le resulta “harto sospechosa” dicha intermediación. Señala que “el gobierno tiene que responder cómo fue que se seleccionó a esa empresa, qué antecedentes tiene, qué negocios tenía previo a que se la colocara en un memorándum oficial”. El legislador señala que lo que le llama poderosamente la atención, es que “generalmente los intermediarios, además de cobrar su porcentaje, hacen adelantos de pago de futuras exportaciones. Acá no hemos conocido ninguna mecánica de prefinanciación de exportaciones. Simplemente se ha transformado en alguien que lo que hace es cobrar un peaje”.

Frente a esas sospechas la reacción de Mujica fue restarle importancia a la situación, aduciendo que “es una manera de ganarse la vida como cualquier otra”.

Sus dichos provocaron la reacción de otros legisladores de la oposición. Entre ellos la del senador Pablo Mieres, quien expresa que “José Mujica salió presuroso a justificar la actividad de Aire Fresco S.A. diciendo que la intermediación comercial y el cobro de comisiones por tal concepto es una actividad lícita y legítima. Sorprendió que el ex Presidente saliera tan rápidamente a explicar, lo que de por sí daba por cierto que existía una efectiva vinculación entre los empresarios y Mujica. Es más, el actual diputado Placeres (que no lo era en el período anterior) tiene contabilizados un verdadero record de visitas a Caracas en los últimos años”.

Mieres afirma lo siguiente:

Lo que dijo Mujica sobre la legitimidad y licitud de la actividad de intermediación comercial es correcto. Sí, es correcto siempre y cuando no medie un vínculo político o gubernamental que direccione indebidamente los negocios hacia esa empresa. Es decir, la actividad es lícita en su contenido material, pero si se incorpora el elemento subjetivo de que una autoridad gubernamental le entrega el negocio a una empresa concreta, la licitud se convierte en ilicitud y esa actividad de intermediación se convierte en un ejercicio evidente de corrupción.

Para decirlo más claro, ya era sospechoso que una empresa dirigida por dirigentes y militantes del sector del Presidente de la República monopolizara los negocios con Venezuela. Pero si, además, el Presidente había realizado alguna acción específica para direccionar los negocios a favor de esa empresa, habría incurrido en un delito. Ineludiblemente.

Pues bien, existe documentación fehaciente que indica la existencia de esta vinculación espúrea y, a todas luces, ilegítima. En efecto, las actas de los acuerdos firmados entre ambos gobiernos durante el mandato de José Mujica que son públicas y están disponibles en Internet, incluyen con nombre propio a la empresa Aire Fresco S.A. e, incluso, su principal directivo aparece firmando uno de los convenios en los que se establecen vínculos comerciales entre ambos países. Único convenio que no firma ninguna autoridad de gobierno sino un empresario privado.

Los negocios con Venezuela siempre tuvieron aspectos poco claros. De eso no hay duda. Pero el otorgamiento "a dedo" de una actividad empresarial de intermediación a un grupo de amigos políticos por la que seguramente estos obtuvieron enormes ganancias, es un hecho que tiene toda la apariencia de la peor corrupción.

Por su parte Pedro Bordaberry --otro senador opositor-- se interroga: “¿Mujica defendiendo que se cobre comisión a los uruguayos para entrar en Venezuela? ¿Mujica defendiendo las comisiones? Y después llega al día de las elecciones y hay algunos sectores que te apabullan a publicidad. ¿De dónde sacan el dinero?”

Es indudable que  las autoridades competentes deberían investigar a fondo este tema.

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