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Giancarlo Ibárgüen, el ex rector de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) en Guatemala, falleció hoy.

Giancarlo fue amigo y maestro de muchos de nosotros en el movimiento liberal, especialmente en América Latina. Su influencia en la universidad, el centro del pensamiento liberal de la región, fue enorme. Él fue un impulsor de técnicas innovadoras y clásicas para promover ideas y aprender. Como señala el profesor argentino, Martín Krause, fue un entusiasta partidario del programa “New Media” de la universidad y del método socrático como forma de enseñanza. Como su fundador, fue el promotor del “Antigua Forum”, una manera novedosa de reunir a pensadores destacados, empresarios y otros para resolver problemas del mundo real. Giancarlo jugó un papel importante en posicionar a la UFM entre las universidades más modernas de la región, algo que sus miles de alumnos y numerosos profesores visitantes de las Américas pueden atestiguar. Me siento orgulloso de que, bajo el estímulo de Giancarlo, comenzamos con la primera de nuestras Universidades ElCato para latinoamericanos en la UFM hace siete años.

Además, de afianzar el liberalismo clásico a través de la UFM, Giancarlo fue miembro del consejo directivo de Liberty Fund, presidente y vicepresidente de la Association of Private Enterprise Education y secretario de la Mont Pelerin Society. Su interés en hacer el mundo de las ideas relevante para mejorar el bienestar de las personas, lo llevó a avocarse por la importancia de los principios liberales y de la reforma de políticas públicas. Respecto a esto último, Giancarlo fue un arquitecto, junto con Tom Hazlett, de la privatización exitosa de las telecomunicaciones en Guatemala, que colocó al país a la vanguardia en esta área.

Quienes conocíamos a Gianca, como sus amigos lo llamaban, lo recordaremos por su compromiso con los “principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables”, que es también la misión de la UFM. Al igual que su mentor Muso Ayau, el fundador de la universidad, Gianca encarnó el espíritu del liberalismo. Fue tolerante, curioso, modesto sobre su conocimiento y logros, cortés, de mente abierta y lleno de confianza en el potencial humano. Instó a los estudiantes a cuestionar todo, incluso a ellos mismos. Cuando Muso Ayau falleció, me contó que una de las cosas que más lo impresionaba acerca de Muso era que había tenido “un fuerte sentido del bien y del mal”. Lo mismo puede decirse de Giancarlo.

Giancarlo murió de una enfermedad debilitante contra la cual luchó por varios años. Para aquellos quienes nos comunicábamos con él mayormente a la distancia, nunca hubo un indicio de que algo andaba mal, a pesar de que su condición era conocida y nosotros, por supuesto, lo sabíamos. Se mantuvo extremadamente activo, respondiendo rápido los correos, enviando notas y sugerencias personales, recomendando lecturas en Twitter, etc. Fue una constante fuente de optimismo e inspiración. Hacia el final, fue un modelo de dignidad.

Nos satisface presentarles hoy la Biblioteca de la Libertad, un proyecto realizado por el Instituto Cato y Liberty Fund. Esta biblioteca permitirá a nuestros visitantes conocer clásicos de la libertad en español que abarcan una amplia gama de disciplinas, incluyendo economía, derecho, historia, filosofía y teoría política, y se encuentran disponibles en distintos formatos de descarga.

La Biblioteca incluye estos primeros diez libros de gran envergadura:

  • Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina  de Juan Bautista Alberdi
  • Camino de servidumbre de Friedrich A. Hayek
  • Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general de Richard Cantillon
  • Ensayos sobre la libertad y el poder de John Emerich Edward Dalberg-Acton
  • La Declaración de Independencia y la Constitución de los Estados Unidos de América Thomas Jefferson, James Madison y otros
  • La libertad y la ley de Bruno Leoni
  • Obras escogidas de Frédéric Bastiat
  • Planificación para la libertad de Ludwig von Mises
  • Sobre el poder de Bertrand de Jouvenel
  • Teoría de las cortes ó grandes juntas nacionales de los Reinos de León y Castilla de Francisco Martínez Marina

En el mundo hispano-parlante este proyecto es de particular importancia, considerando la casi hegemonía de textos que promueven ideas e interpretaciones históricas contrarias a la existencia de sociedades de individuos libres. Es un mundo donde muchos estudiantes de economía y ciencias sociales nunca han sido expuestos a clásicos como Camino de servidumbre, o incluso ni siquiera han escuchado de su autor, galardonado con el Premio Nobel de Economía, F.A. Hayek. Aun si uno tuviera conocimiento de estos libros y el deseo de leerlos, es típicamente difícil encontrarlos en una librería en América Latina o España.

España y sus ex colonias cargan con el pesado legado de siglos de un imperio mercantilista y absolutista. No debería sorprender, entonces, que gocen de escasa difusión obras clásicas que demolieron ese sistema económico, como por ejemplo, el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en generalde Richard Cantillon. Asimismo, gozan de poca difusión trabajos clásicos donde se destruyó la justificación del absolutismo. Son desconocidas en el mundo hispano-parlante incluso aquellas obras cuyos autores fueron influyentes próceres de las repúblicas latinoamericanas, como por ejemplo aquellas del argentino Juan Bautista Alberdi. En su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina Alberdi explica que:

“Las colonias españolas eran formadas para el fisco, no el fisco para las colonias. Su legislación era conforme a su destino: eran máquinas para crear rentas fiscales. Ante el interés fiscal era nulo el interés del individuo. Al entrar en la revolución, hemos escrito en nuestras constituciones la inviolabilidad del derecho privado; pero hemos dejado en presencia subsistente el antiguo culto del interés fiscal. De modo que, a pesar de la revolución y de la independencia, hemos continuado siendo Repúblicas hechas para el fisco”.

En la Biblioteca de la Libertad tendrán la oportunidad de acceder a obras clásicas que retan a la concentración del poder, como Sobre el poder de Bertrand de Jouvenel o Ensayos sobre la libertad y el poder de John Emerich Edward Dalberg-Acton.

Como dice David Boaz en su introducción a Liberalismo, una aproximación:

“En cierto sentido, a lo largo de la historia no han existido más que dos filosofías políticas: libertad y poder. O bien se debería disponer de libertad para vivir la vida como se desee, siempre y cuando se respeten los derechos iguales de los otros, o bien se debería otorgar a algunos la facultad de utilizar la fuerza y obligar a otros a actuar de una forma distinta a la que elegirían por voluntad propia”.  

Esperamos que la Biblioteca de la Libertad, que continuará expandiéndose, contribuya a la difusión de las ideas de la libertad en español a fin de que las sociedades persigan, en palabras de Acton, la libertad como “el más alto de los fines políticos. No se persigue en vistas a obtener una buena administración pública, sino para permitir que puedan perseguirse los fines más altos de la sociedad civil y de la vida privada”.

Ecuador: Reviviendo el trauma

Publicado por Paola Ycaza Oneto

Tuve la oportunidad de viajar a Perú usando nuestras maravillosas carreteras. Pude compararlas con las peruanas las cuales se encontraban en terribles condiciones, aún en lugares turísticos. Sin embargo, algo más me llamó la atención: los precios en Perú. Cabe destacar que el sur de Ecuador y el Norte de Perú se asemejan mucho en cuanto a paisaje, gente y hasta comida típica pero la diferencia de precios entre ambos países es abismal siendo los bienes de consumo e incluso los servicios, absurdamente más baratos que en Ecuador.

La función del precio es la de identificar la escasez relativa de un bien o servicio en relación con su demanda[1]. El precio al final del día transmite información de esa escasez. En Ecuador, los elevadísimos precios de muchos productos, debido a las barreras comerciales, han dejado de cumplir esta función pues ya no indican si la demanda es alta o la oferta limitada. El precio, lejos de informarnos, nos recuerda que sobre-pagamos productos debido a los aranceles y salvaguardias que se ha creído oportuno cobrar a los importadores (y exportadores que importan insumos) afectando el bolsillo del consumidor. Estos impuestos nos empobrecen porque nos impiden utilizar ese dinero extra en comprar algo adicional o ahorrar. Así, nuestro poder adquisitivo baja desmedidamente.

Es una percepción generalizada aquella de ir a comprar y al oír el gran total, ese valor no coincida con la utilidad de la compra… ¡es mucho mayor! Y uno mira los víveres y mira la pantalla de números digitales y repite el movimiento un par de veces más solo para confirmar que los productos “no valen” lo que se está cobrando. Si yo, que soy un individuo y pienso que estoy sobre-pagando, me puedo imaginar el sinnúmero de tentaciones que han tenido empresarios ecuatorianos y extranjeros de irse a operar a Perú: costos de insumos más bajos, flexibilidad laboral y hasta la posibilidad de sacar su capital sin pagar un impuesto de salida de divisas. Con un dólar fuerte y confiable, deberíamos ser el país más atractivo de la región para invertir, trabajar, e incluso vacacionar y estamos muy lejos de serlo.

Si bien la diferencia de precios entre ambos países se debe también a la depreciación del sol peruano, esta depreciación porcentualmente es menor que ciertas sobretasas que pagamos por consumir productos importados en Ecuador[2]. Asimismo, no falta quien culpa a la dolarización, y con ella, a la coyuntural apreciación del dólar, por el altísimo costo de la vida. Recordemos que las devaluaciones del sucre y la espiral inflacionaria que estas causaban indicaban que en ese momento lo idóneo era dolarizar, aunque inicialmente sufriríamos un decrecimiento traumático del poder adquisitivo pero, ¿por qué estamos reviviendo el trauma hoy? Las políticas comerciales irresponsables de la última década han sido las encargadas de revivirlo.

Si cumplen una función informativa, esto es lo que me informaron los precios de Perú: el bolsillo de los ecuatorianos sufre a diario pero tenemos carreteras estupendas que nos llevan a Colombia y a Perú… como a muchos inversionistas.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 29 de febrero de 2016.

Fuentes:

[1] Bullard, Alfredo. "La fábula del precio bajo". El Comercio (Perú). 6 de febrero de 2016. Disponible en: http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/fabula-precio-bajo-alfredo-bullard-noticia-1876637.

[2] "Ecuador presentó cronograma para desmantelar las salvaguardias desde enero". El Comercio (Ecuador). 19 de noviembre de 2015. Disponible en: http://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-cronograma-salvaguardias-pagos-balanza.html.

Violencia “pacífica”

Publicado por Javier Paz

Hace un algunos días escuché por la radio a un dirigente del transporte hablando sobre los bloqueos de carreteras que su gremio está realizando. Al ser cuestionado sobre actos vandálicos respondió que que no habían tirado piedras a las oficinas de impuestos, porque no era su intención destruir propiedad pública y que solo habían lanzado huevos porque su marcha era pacífica al igual que sus bloqueos. La lógica del dirigente, es tan estúpida como popular en Bolivia. Por algún motivo que escapa a mi entendimiento, en este país muchos creen que bloquear una calle no es un acto violento, o que se puede avasallar una propiedad agrícola y destruir los bienes pacíficamente mientras nadie salga apaleado.

Por supuesto, si quienes son dañados por estos pacifistas, ya sea porque no pueden transitar de su casa a su trabajo o porque no pueden cosechar su siembra, deciden hacer uso de su legítimo derecho a la defensa, corren el riesgo de terminar hospitalizados e incluso pasar a mejor vida.

No pretendo con esto hacer una condena inequívoca de la violencia. Al contrario, considero legítimo el uso de la misma en casos extremos. Creo que si un ladrón entra a mi casa, yo tengo el deber de defender a mi familia y que en legítima defensa debería poder matarlo a tiros sin que el Estado me persiga por ello. Creo también, al igual que John Locke, que la sociedad civil tiene el derecho a derrocar a un gobierno tiránico. Pero la violencia debe ser un recurso extremo, debe ser ejercida excepcionalmente solo con fines defensivos dirigida exclusivamente a quienes amenazan la vida, la libertad, la integridad y la propiedad ajena.

En Bolivia, sin embargo, se ha popularizado el bloqueo de rutas, una forma de violencia que perjudica a miles de personas inocentes, a trabajadores asalariados, empresarios y transportistas, a toda una sociedad que no tiene culpa, poder o responsabilidad con relación al reclamo que provocó el bloqueo. En este país folclórico y carnavalesco, hay bloqueo por todo y por nada: Algunos bloquean para obtener privilegios especiales del Estado, otros para luchar por la democracia y los derechos civiles, uno porque su novia lo dejó, otro porque la justicia en Bolivia es una mierda. Hay razones más valederas que otras, pero no deberíamos caer en el eufemismo de calificar a ningún bloqueo como pacífico. Todo bloqueo, en tanto y en cuanto coarta el derecho de otros a movilizarse libremente por las vías públicas es un acto de violencia, aunque nadie termine con un ojo morado o un palazo en la cabeza.

Santa Cruz de la Sierra, 04/02/16

Otra vez la embarró Petro-Perú

Publicado por Mario Zuniga

“—Dime una cosa, Jon: si llegara un día en que tu padre tuviera que elegir entre su honor y sus seres amados, ¿qué haría?

—Haría lo correcto. Pasara lo que pasara.

—Entonces Lord Eddard es un hombre entre diez mil. La mayoría no somos tan fuertes”.

George R.R. Martin

"Juego de Tronos". Canción de Hielo y Fuego, No. 1.

Mientras escribo estas líneas, cientos de personas trabajan para remediar (o para minimizar el daño, ya que en buena medida los daños serán irreparables) los dos derrames que han afectado la Amazonía peruana en las últimas semanas. El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, ha sido claro en señalar que Petro-Perú es la única responsable de estos daños, debido a un inadecuado manejo de los oleoductos que recorren la zona.

Sería muy oportunista de parte de quienes creemos en el rol subsidiario de la actividad empresarial del Estado señalar que la negligencia e ineficiencia de Petro-Perú en este grave caso se debe exclusivamente a su condición de empresa estatal. Petroleras privadas también se ha visto involucradas en casos similares. Vemos muchos casos de empresas privadas que también son ineficientes y no mantienen adecuadamente su infraestructura.

Sin embargo, creemos que quienes creen en la presencia del Estado en ciertas “industrias estratégicas” sí pueden hacer algunas reflexiones:

  • Una empresa estatal no es garantía de un mayor cumplimiento de la ley ni de un comportamiento más altruista; ni de que se actúe “en interés de todos los peruanos”. Petro-Perú venía incumpliendo sistemáticamente el plan de adecuación de sus ductos. Esto, entonces, no es un mero accidente. El manejo posterior, incluso, ha sido muy malo. Su presidente incluso habría mentido al ser cuestionado acerca de la contaminación del río Chiriaco.
  • El satanizado “fin de lucro” ¿no existe acaso en el Estado? ¿No se amplían (innecesariamente) los puestos de trabajo?, ¿no se aumentan los ya generosos sueldos o dietas sus funcionarios? ¿No se busca ampliar las cuotas de poder? Que no se entreguen dividendos no quiere decir que no haya codicia (y mientras tanto los ductos, bien gracias).
  • La multa la terminaremos asumiendo todos los peruanos. No se trata sólo de los $3.380.308 en impuestos por OSINERGMIN (por incumplir procedimientos de seguridad). Sobre eso, el OEFA podría aplicar una multa (por daños al medio ambiente) de aproximadamente $16.619.850 millones.

Muchos señalan que Petro-Perú no es per-se ineficiente: “el asumir que el Estado es ineficiente es una posición meramente ideológica”. Y sí, si uno parte de una ideología liberal, la regla general es que el Estado actúe sólo como un garante del cumplimento de la Ley, no como un empresario. Pero esta posición ideológica tiene sustento en la lógica y en los hechos. En primer lugar, los peruanos no podemos olvidar el fracaso que significó la aventura del Estado empresario en los 70’s y 80’s. Como reseña ComexPerú en este post: “(d)e acuerdo con el IPE [Instituto Peruano de Economía], en 1969, a inicios de la dictadura militar de Velasco Alvarado, las pérdidas acumuladas de las empresas públicas ascendían a solo US$46 millones. Una década después, estas sumaban US$ 2.481 millones (equivalentes al 10% del PBI), esto es, se multiplicaron por 54 en tan solo diez años”. Un desastre.

Petro-Perú, en particular ha tenido siempre una larga historia de corruptelas e ineficiancia. Ver, por ejemplo, aquí la opinión de Hans Rothgiesser (@mildemonios), o esta dura opinión de Pablo Secada. La historia reciente, además, nos permite afirmar que Petro-Perú ha ocasionado 21 (¡21!) derrames en los últimos 5 años.

Pero…. pero… ¿acaso no hay empresas estatales en otros países que son eficientes? Sí, hay casos. Es posible, al menos en teoría, generar incentivos contractuales para alinear intereses entre los administradores y empleados de una empresa pública y el Estado y los ciudadanos, a fin de asegurarse de que su actuar sea eficiente.

Pero hay que partir por reconocer que es un tema de incentivos. Y eso es algo a lo que un sector (principalmente, desde la izquierda) no se quiere reconocer (¿y ellos nos acusan de ideológicos?).

Veamos el caso de los países nórdicos, frecuentemente citados como “ejemplos”[1] de que el socialismo puede funcionar bien. Como destaca este artículo de The Economist de 2013, los noruegos han entendido la importancia de los incentivos:

“En lo que respecta a los servicios públicos, los nórdicos han sido igualmente pragmáticos. Mientras los servicios públicos funciones, no les interesa quien los preste. Dinamarca y Noruega permiten que las empresas públicas manejen hospitales públicos. Suecia tienen un sistema universal de vouchers que permite que las escuelas privadas con fines de lucro compitan con escuelas públicas. Dinamarca también tiene vouchers –que pueden ser complementados con ingresos propios. Cuando se trata de oportunidades para elegir, Milton Friedman estaría más cómodo en Estocolmo que en Washington, DC”[2].

Otro artículo de The Economist explica cómo Suecia es el líder mundial en lo que se refiere a la privatización de la gestión de servicios públicos. Específicamente, en lo que se refiere a hospitales públicos, empresas privadas proveen el 20% de la atención hospitalaria y 30% de la atención médica primaria. El artículo relata el caso del Hospital Saint Goran, un emblema del “Estado de Bienestar” sueco, hoy administrado por Capio, una empresa privada. Los doctores y enfermeras son empleados de esta empresa, y responden ante sus gerentes y aplican criterios aplicados en empresas privadas para fomentar la eficiencia e innovación (de hecho, el “modelo Toyota de producción” parece ser el mantra del hospital). Sin reducir la calidad del servicio, y reduciendo sus costos (de ahí provienen sus ganancias) Capio ha minimizado el tiempo de internamiento de los pacientes y la probabilidad de que contraigan infecciones. El tratamiento todavía es gratuito (aplica un pago simbólico), pero, más allá de que Suecia haya mantenido su “Estado del Bienestar”, claramente ha asumido que los costos y los incentivos no pueden dejar de ser tomados en cuenta. Pero claro, cuando tratamos de hacer algo así en el Perú, los sindicatos y sus candidatos ponen el grito en el cielo y denuncian “privatizaciones encubiertas”.

Ahora bien, por más incentivos contractuales que pongamos, el Estado nunca tendrá los mismos incentivos de propiedad que una empresa privada. En la empresa privada, si ésta es mal manejada, el accionista pierde su plata. En el caso de la empresa pública, si esta es mal manejada, el gobernante de turno pierde nuestra plata. Por eso es que muchas veces las empresas públicas se manejan persiguiendo fines políticos. Por eso SEDAPAL gasta plata en poner agua en nuevos asentamientos humanos que no estaban previstos en sus planes de expansión de red, o mantiene demasiado bajas las tarifas; antes que dar un buen mantenimiento a sus redes. Lo primero da rédito político en el corto plazo, lo segundo no. Esto es algo que reconocen incluso entusiastas de la actividad empresarial del Estado como Humberto Campodónico. Sin instituciones fuertes y buen gobierno corporativo, toda empresa pública es susceptible a este tipo de manejos.

En el caso de la actividad empresarial del Estado, además, hay que tomar en cuenta que no sólo es que no se den los incentivos correctos. También pasa que se generan incentivos perversos. Acaso el más peligroso es que el Estado se vuelva “juez y parte” en un determinado mercado. En el caso de puntual de los últimos derrames ocasionados por Petro-Perú, creo que Osinergmin y el OEFA están actuando adecuadamente. Pero en el pasado se han dado casos en los que ha habido laxitud con las empresas estatales. Hoy en día tenemos buenos funcionarios en el puesto, pero no hay garantías de que eso se mantenga así.

Finalmente, no podemos olvidar, tampoco, que hay un problema de recurso humano. No hay suficientes buenos funcionarios para hacer bien todo lo que tiene que hacer el Estado. Lo ideal sería que el Estado se concentre en sus tareas más básicas: seguridad, justicia, infraestructura, salud, educación, entre otras. Para ponerlo de otro modo: es un crimen incrementar gerencias en Petro-Perú cuando hay localidades sin postas ni comisarías. Hay zonas en las que en efecto hay “muy poco Estado” o el Estado sencillamente no existe. Prioricemos.

Sin ánimo de cerrar el debate; reflexionemos sobre estos puntos la próxima vez que propongan “reforzar” o “modernizar” esta empresa; y antes de proponer otras aventuras empresariales del Estado. La mayoría de personas no somos tan fuertes como Eddard Stark, así que necesitamos los incentivos correctos.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Mario Zúñiga el 25 de febrero de 2016.

Referencias:

[1] Entre comillas, ya que lo que los nórdicos tienen no es socialismo. Si bien es cierto que se trata, en general, de países con altos impuestos y un fuerte gasto público, los agentes económicos suelen gozar de una fuerte protección a la propiedad y una amplia libertad empresarial. Vean el artículo de Nina Sanandaji que cito en este post: http://mariozuniga.org/2016/01/18/los-diez-mejores-articulos-de-politicas-publicas-del-2015/

[2] Traducción original del siguiente texto: “On public services the Nordics have been similarly pragmatic. So long as public services work, they do not mind who provides them. Denmark and Norway allow private firms to run public hospitals. Sweden has a universal system of school vouchers, with private for-profit schools competing with public schools. Denmark also has vouchers—but ones that you can top up. When it comes to choice, Milton Friedman would be more at home in Stockholm than in Washington, DC”.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog Asuntos Capitales el 25 de febrero de 2016.

Hace un año aproximadamente comencé a escribir en Libremente.org, mi primera columna estuvo enfocada a los 40 años de la puesta en marcha del “Plan de Recuperación Económica” impulsado en Chile en 1975.

Muchas cosas acontecieron desde esa primera columna, no tan solo una serie de vaivenes intelectuales y de organización por parte de Circulo Acton Chile, sino además conocer más a fondo lo que fue aquel hito de primera fuente de quienes fueron sus protagonistas y artífices.

El primero de ellos fue una entrevista con Jorge Cauas, quien anunciara en cadena nacional de radio y televisión los alcances de este plan. Don Jorge es una persona extremadamente sencilla, con una voluntad en aclarar puntos y circunstancias, con gentileza y paciencia aclaro una serie de dudas que tenía el historiador Ángel Soto en una sencilla reunión concertada. De su relato me quedo impregnado un espíritu de entrega por el devenir de Chile y de cumplir las tareas encomendadas, generosidad del conocimiento y la experiencia, el desafío que había asumido no era fácil, pero la confianza y convicción en el equipo de trabajo que se había conformado fue fundamental para enfrentar las circunstancias. El inicio de la “revolución de las libertades” comenzaba con un discurso que llamaba a “…cada uno de los chilenos ser protagonistas del proceso más importante de la historia…”, eran las ideas de la economía libre que se vieron plasmado en el país, focalización en el gasto social y el rol del Estado Subsidiario, permitieron poco a poco sacar de la miseria a un país devastado tras estar sumido en la violencia marxista leninista bajo la dictadura de la Unidad Popular (1970-1973).

Es de esta forma que desde su oficina, en un e piso 16, podíamos apreciar en lo concreto que había significado en la práctica esta revolución, no tan solo un país moderno, sino también con oportunidades, generación de innovación y emprendimiento, que son en gran parte el motor de un modelo que muy poco sirve sin la natural aspiración de búsqueda de felicidad de cada uno de los habitantes del país, transformaciones que él confeso no haber esperado dado que lo importante era salir de la crisis que agobiaba al país.

El segundo, siempre necesario y dispuesto a ayudar, fue el profesor Rolf Lüders quien expuso en una conferencia para jóvenes convocados a conmemorar los 40 años del hito que había cambiado el rostro de Chile en el Ex Congreso Nacional, lugar donde se vivió la más encarnizada oposición al gobierno encabezado por Salvador Allende. Siempre con sencillez y mucha humildad explicó a los presentes, algunos sin formación económica, las ideas que eran los pilares del “Plan de Recuperación Económica”, su origen y autores que dieron forma al “Ladrillo”, quizás el documento más importante en la historia económica reciente de Chile. Recordó a la serie de personas que fueron claves como Sergio De Castro, Pablo Barahona y Roberto Kelly, lo principios esenciales de un gobierno limitado, propiedad privada, Estado focalizado, sistema de Administración de Fondos de Pensiones (privado) y fuerte sentido de iniciativa por parte de las personas. Para quién suscribe no tan solo fue una gran oportunidad, sino un privilegio poder presentar y presenciar tan magnifica conferencia.

El profesor Lüders dejo en claro varias cosas, entre ellas, una que es fundamental para comprender el origen de este proceso es el rol de las ideas y la formación: la Universidad de Chicago. ¿Qué hubiese sido del proceso chileno de recuperación económica sin estas ideas? La verdad es difícil aventurarse a un resultado certero, lo seguro es que la “revolución de las libertades” no hubiese encontrado terreno fértil entre ideas estatistas y proteccionistas, entre el mercado regulado que aplicado en su extremo había demostrado ser un fracaso pero tenía sus adherentes. Es por ende que el rol de los denominados “Chicago Boys” es fundamental, no tan solo por dar el ingrediente académico a las circunstancias sino también un punto de vista renovado y con una metodología clara. Los nombres claves en este proceso indican desde todas direcciones a nombre, el profesor Arnold Harberger: “El padre de los Chicago Boys”.

De esta manera llegamos al tercer protagonista en este camino, aunque claramente el fundacional, Arnold “Alito” Haberger, quien arribó a Chile en 1955 y sería uno de los artífices del convenio entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Chicago para los estudios de postgrado en esta universidad. No tan solo gestionaba el tema administrativo sino que también era profesor, más que eso terminó siendo el maestro de una generación de economistas que vieron en él un amigo hasta el día de hoy.

Conocerlo, gracias a las gestiones del profesor Lüders, representa uno de los más grandes honores que he tenido como historiador, nuevamente una característica en común: sencillez ante todo. Durante casi dos horas y medias respondió preguntas a un reducido grupo de jóvenes de Circulo Acton Chile, entregó consejo y recalcó lo importante del trabajo duro.

Su principal legado no son las decenas de libros, centenares de artículos o sus asesorías por el mundo entero, lejos de poder jactarse de su brillante carrera académica, señaló con voz emocionada “mi mayor legado son mis alumnos, que ahora son mis amigos”.

Sin duda en lo trascendente de los 40 años del “plan de recuperación económica” son las ideas, principios y valores que hicieron de Chile un referente, esto se ve plasmado en la Constitución política de la República de Chile de 1980, pero como muy bien todos sabemos de muy poco vale la tinta en un papel sin un grupo de hombres y mujeres que realice el trabajo con pasión y entrega, con convicción en las ideas y que transcurrido más de cuatro décadas vieron como Chile pasaba de ser un país postergado en la modernidad a un referente de libertad. Es difícil no pensar en ellos como héroes, pero ¿por qué no?, ¿acaso no hubiesen tenido un devenir más cómodo en la empresa privada que en el servicio público? Sin duda su entrega y esmero los hace digno de elogios, no tan solo a los tres acá nombrados, sino a una serie de personas que trabajaron sin descanso por entregar a una nueva generación un Chile libre, próspero y con una paz estable, evitando la arrogancia, muchas veces en silencio trascendiendo en acciones y para afrontar a una de las crisis económicas más grandes que había vivido Chile: la de imposición de la vía socialista que pareció imparable.

Es difícil no contagiarse con el optimismo de estas personas, mucho de eso hay en Free to Choose de Milton y Rose Friedman, de una u otra forma quienes creemos en la libertad tenemos que ser optimistas, más aun en los peores escenarios, en donde la fuerzas de las ideas parecen apagarse y ser aplastadas, aun ahí se encontrará una luz de esperanza, no es un llamado a esperar “milagros” sino a trabajar duro y con rigor esperando avanzar paso a paso.

El viaje de Obama a Cuba

Publicado por Juan Carlos Hidalgo

Al inicio del año hubo mucha especulación sobre si el Presidente Obama podía superar su histórica reconciliación con Cuba con una visita igual de histórica a la isla. La especulación se acabó con el anuncio de ayer acerca de su viaje en marzo.

Muchas cosas han cambiado durante el último año en la relación entre EE.UU. y Cuba: los lazos diplomáticos se han restaurado, los líderes de ambos países se han reunido dos veces, docenas de vuelos comerciales al día han sido autorizados, cientos de miles de estadounidenses están viajando a la otrora isla prohibida, y muchas sanciones económicas se han levantado.

Aún así hay una cosa que no ha cambiado: la naturaleza represiva de la dictadura comunista de Cuba. Si en algo ha cambiado, es que podría haber intensificado la represión. El columnista del Miami Herald, Andrés Oppenheimer, recientemente reportó que el número de trabajadores autónomos en Cuba de hecho ha caído durante los últimos seis meses. Las detenciones arbitrarias de activistas pacíficos de oposición están aumentando. Las reformas económicas todavía son demasiado tímidas. Si hay mucho entusiasmo acerca de Cuba últimamente, esto tiene que ver más con lo que Washington está haciendo que con lo que la Havana realmente está haciendo.

Esto no es para decir que la reconciliación de Obama con Cuba ha fracasado: la anterior política de Washington de aislar a la isla fue totalmente contraproducente. Pero no deberíamos engañarnos acerca de un cambio inminente en la naturaleza del régimen de los Castro.

El Presidente Obama ha dicho que el principal objetivo de su viaje será “mejorar las vidas de los cubanos”. Si es así, debería seguir los pasos de Jimmy Carter cuando visitó la isla en 2002: el ex presidente se reunió con los disidentes y se le permitió hablarle a la nación en un discurso sin censura que fue transmitido en televisión nacional, discurso en el que hizo un llamado a que se celebren elecciones democráticas, se respeten los derechos humanos y haya más libertades civiles.

Si Obama no logra obtener concesiones similares, su viaje solamente fortalecerá la posición del régimen de los Castro. Se tratará todo acerca de asegurar su legado y no acerca de tratar de mejorar las vidas de los cubanos de a pie.

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