La diferencia entre libertad y democracia y por qué importa

por Fareed Zakaria

Fareed Zakaria es editor de Newsweek International y autor del libro The Future of Freedom: Illiberal Democracy at Home and Abroad. El siguiente es un extracto de la presentación dada por Zakaria en el Cato City Seminar en Nueva York el 5 de junio del 2003 y la cual fue publicada originalmente en Cato's Letter, Otoño 2003. Prohibida la reproducción de este artículo en cualquier otro medio escrito o electrónico.

Por Fareed Zakaria

El siguiente texto es un extracto de la presentación dada por Zakaria en el Cato City Seminar en Nueva York el 5 de junio del 2003 y la cual fue publicada originalmente en Cato's Letter, Otoño 2003. Prohibida la reproducción de este artículo en cualquier otro medio escrito o electrónico.

Me gustaría hablar sobre los temas de mi libro, The Future of Freedom: Illiberal Democracy at Home and Abroad (El Futuro de la Libertad: La Democracia Iliberal Doméstica y en el Extranjero), y tratar de aplicarlos al caso de nuestro estado número 51. Ustedes tal vez no se han dado cuenta de que tenemos un estado 51, pero así es. Se llama Irak. Lo adquirimos bajo el alto principio de las relaciones internacionales que Thomas Friedman llama el principio de la Cerámica Popular: "Si usted lo quiebra, usted lo compra". Así que ahora que lo poseemos tenemos que averiguar cuánto cuesta y cómo arreglarlo. Esto significa llegar a conocer una parte del mundo con la cual no estamos tan familiarizados como deberíamos estar. Ambroce Bierce, en su magnífico libro The Devil's Dictionary (El Diccionario del Diablo), define a la guerra como la manera que emplea Dios para enseñarle geografía a los estadounidenses.

Hemos emprendido ahora una tarea sumamente ambiciosa en Irak. Construir una democracia en Irak será difícil. Y creo que será difícil por algo que es realmente el tema central de mi libro—no sólo queremos traer la democracia a Irak sino que queremos una democracia liberal. En las últimas tres o cuatro décadas ha habido un gran movimiento hacia la democracia en la mayor parte del mundo, pero muchos de los gobiernos constituidos en el proceso no se ven, no se sienten ni huelen como las democracias.

Tenemos un gobierno como el de Hugo Chávez en Venezuela que es esencialmente una dictadura electa. Ahí está un gobierno en Rusia manejado por Vladimir Putin, quien fue electo libre y justamente, ha despedido a la mitad de los gobernadores y nombrado a súper gobernadores en su lugar; expulsó a un tercio de la Duma, el parlamento ruso; silenció a los medios de comunicación rusos, los cuales fueron una vez libres y vibrantes; y está llevando a cabo una guerra en Chechenia en la cual el ejército ruso ha matado a cerca de 100.000 chechenios, la mayoría de ellos civiles. ¿Es esto realmente una democracia?


Liberalismo versus Democracia

El modelo Occidental de democracia que apreciamos comprende dos tradiciones un poco diferentes que yo describo en mi libro—la tradición constitucionalista liberal y la tradición democrática. La tradición democrática trata sobre la participación democrática en el gobierno—esencialmente sobre elecciones. La democracia es mejor descrita como una forma de gobierno en la cual el régimen es escogido mediante elecciones libres y justas.

El liberalismo constitucional, por el otro lado, en realidad no trata sobre el proceso de seleccionar gobiernos sino sobre los objetivos de un gobierno. En la tradición constitucionalista liberal, el objetivo es la preservación de la libertad individual. Esa tradición, la cual empezó con la Carta Magna o incluso antes, trata sobre restricciones a la autoridad gubernamental. Históricamente ha requerido el desarrollo de baluartes que protejan los derechos y libertades individuales del poder arbitrario—del Estado, Iglesia, o sociedad.

Nosotros tendemos a considerar a esas dos tradiciones como una sola y la misma debido a que en el mundo Occidental han sido unidas. Pero en realidad son bastante diferentes y han divergido en varios momentos de la historia.


El Surgimiento de la Libertad Occidental

Yo empiezo el libro en el año 324 de nuestra era ya que es entonces, según mi opinión, donde están los inicios de la libertad Occidental. Es entonces cuando Constantino decide mover su capital de Roma a Bizancio. Fue una decisión bastante importante ya que él se llevó consigo a toda su corte pero dejó atrás a una persona—el obispo de Roma. Al hacer eso, empezó el proceso de separación de la Iglesia y el Estado. Y la Iglesia, irónicamente, resultó ser el primer gran contrapeso a la autoridad estatal en el mundo Occidental. Fue en realidad la primera vez en la historia humana que una institución independiente de la autoridad gubernamental estuvo en capacidad de enfrentar el poder del gobierno.

Luego vino toda la sucesión de dichas instituciones y tradiciones en el mundo Occidental y el surgimiento de las aristocracias feudales que enfrentaron el poder del gobierno. A menudo estos contrapesos no pretendían proteger la libertad individual. La Carta Magna tenía como intención servir como un capítulo de privilegios para los barones. Era un documento que le decía el rey, "Usted no puede violar los derechos de estos barones". Pero, de esa forma, enfrentó al absolutismo real. También estuvo el surgimiento del capitalismo, el cual fue quizás el contrapeso más profundo al poder del Estado ya que produjo una clase entera de gente, la burguesía, quienes derivaban su fortaleza de la sociedad, no del Estado. Esto produjo una sociedad civil independiente, un término que en sus orígenes se refería al empresariado privado. En realidad, el símbolo del gobierno Occidental siempre ha sido, no el plebiscito masivo, sino el juez imparcial.

Todo esto tomó cientos de años en desarrollarse, y entonces obtuvimos la democracia. Es muy importante recordar que cuando Gran Bretaña era considerada la sociedad constitucionalista más libre y liberal del mundo, en 1800—luego de que Montesquieu había mostrado su admiración a ello—sólo el 2% de los británicos votaban. Y no podemos pensar que nosotros éramos tan diferentes, únicamente el 5% de los estadounidenses votaron en la elección de 1824. Pero Estados Unidos tenía un Estado de Derecho, derechos de propiedad, y otros derechos firmemente enumerados y protegidos. Esa tradición de derecho llevó a una democracia y luego se ligó a ella para producir una democracia liberal.


Despotismo Electo en Europa

Esas dos tradiciones han divergido en la historia Occidental. La gente algunas veces piensa que Adolfo Hitler llegó al poder mediante un tipo de golpe de Estado encubierto, pero eso no es enteramente verdadero. Él llegó al poder mediante una elección famosa y fraudulenta en noviembre de 1933, pero hubo tres elecciones antes de eso en las cuales el partido nazi ganó una pluralidad del voto. Los nazis, el fascismo, y el socialismo nacionalista surgieron a lo largo de Europa a partir de movimientos relativamente populares y a menudo mediante elecciones.

No estamos tratando únicamente de traer participación popular—el proceso de elegir un gobierno—a Irak, sino que traer toda la tradición de constitucionalismo y liberalismo Occidental. Cualquiera puede llevar a cabo una elección, pero será mucho más difícil crear un Estado de Derecho; la institución de derechos de propiedad; y una autoridad gubernamental transparente, limpia y que brinde explicaciones. Será difícil porque Irak enfrenta dos o tres obstáculos en el camino.


La Maldición del Petróleo

Primero está el problema del petróleo. Lo llamo un problema y sin embargo muchos en el gobierno estadounidense parecen verlo como una solución. Antes de la guerra uno leía declaración tras declaración de autoridades del gobierno alabando las virtudes del petróleo—explicando cómo el crudo va a representar el desarrollo de la economía iraquí, el financiamiento de los esfuerzos de reconstrucción, y cómo pondrá al país en la senda directa hacia la modernidad.

Existe un solo problema con esta teoría. De todos los países ricos en petróleo del mundo, únicamente Noruega es una economía capitalista con una democracia liberal. Y Noruega obtuvo su democracia mucho antes de que descubriera su petróleo. En mi libro yo llamo a los estados con un fácil acceso al petróleo "estados de fondos fiduciarios". Dichos países nunca pasaron por la dura tarea de trabajar en modernizar sus leyes y construir una economía de mercado. Sin contar el petróleo, las exportaciones totales de mercaderías del mundo árabe—290 millones de personas—igualan a las de Finlandia, con 11 millones de personas. La razón radica en que la región tiene un acceso demasiado fácil a un ingreso que no ha sido ganado.


Una Nación Dividida

Éste no es sólo un problema económico, también es un problema político, ya que cuando un gobierno no necesita cobrar impuestos a su gente, no necesita darles nada a cambio. Hemos aprendido esto de una manera difícil. La revolución estadounidense ocurrió porque los estadounidenses sentían que estaban siendo gravados pero no estaban siendo representados en el parlamento británico. La familia real saudita tiene un trato diferente con su pueblo. Les dice, "no les cobraremos impuestos y no los representaremos". Es en cierto sentido el inverso del eslogan de la revolución estadounidense, "no impuestos, no representación". Y esa disfunción política afecta a toda sociedad rica en petróleo.

Otro gran problema es que Irak está plagado de diferencias. Su gente es chiíta, sunita, curda, y turca, entre otros. Para ver lo que esto puede producir, vayamos atrás en la historia de Europa y veamos qué tan fácil fue para los demagogos el reunir apoyo sobre la base de toscos llamados nacionalistas. Hace tan sólo 10 años tuvimos una situación similar en la antigua Yugoslavia, un país que también fue gobernado durante décadas por líderes totalitarios. El viejo orden sucumbió, y en el vacío todo el mundo presionó por una rápida transición a la democracia. Pero los políticos serbios y croatas tenían que hacer campaña para obtener votos, y los llamados más populares y efectivos no fueron los de reforma educativa o política fiscal, sino los llamados toscos de raza, religión, y étnicos. El ciclo de nacionalismo serbio y nacionalismo croata se salió de control. El resultado fue la limpieza étnica y, eventualmente, un intento de genocidio.

No necesariamente tiene que ocurrir de esa forma en Irak, pero este país sí cuenta con una estructura política joven y cruda en la cual ningún tipo de política o partidos políticos ha sido permitido. Y la gente se está movilizando sobre la base del radicalismo chiíta, el fundamentalismo islámico, y el nacionalismo curdo. Los liberales seculares podrían encontrar más difícil el reunir apoyo y llegar a los votantes.


Una Historia de Opresión

El problema final de Irak es que es un país del Medio Oriente. Por esto quiero decir que, como todo otro país del Medio Oriente, ha seguido un patrón particular durante las últimas tres o cuatro décadas. Fue un régimen secular y pro-Occidente que se transformó en una tiranía. Los Saddam Husseins, Nassers, Assads del Medio Oriente visten todos trajes estilo Occidentales, y cuando sus pueblos los miran ven tiranía y represión.

Estos dictadores envían a la cárcel a cualquiera que dé la más mínima muestra de oposición o intenta formar un partido político—o incluso un Club Rotario. Un amigo mío egipcio recientemente me dijo que, "Si cuatro personas están sentadas en un café en Egipto hablando de política serán enviados a la cárcel". El único lugar en el Medio Oriente que uno no puede prohibir es la mezquita. Así que todo el descontento y el extremismo fueron canalizados a la mezquita, y la religión se convirtió en el lenguaje de la oposición política en el Medio Oriente. Saddam Hussein no permitió partidos socialdemócratas o conservadores; partidos Demócratas o Republicanos. Pero como cualquier otro líder del Medio Oriente, no se atrevió a cerrar las mezquitas ni se metió con los líderes tribales. De tal forma que cuando su régimen sucumbió, solo las mezquitas y las tribus quedaron en pie.

Libertad Antes que Democracia

Si uno mira los casos exitosos de países no Occidentales que han llevado a cabo una transición hacia una democracia liberal genuina, casi todos están agrupados en el Este de Asia o son antiguas colonias del imperio británico. Todos han seguido un patrón, el cual es una variación del patrón Occidental—el Estado de Derecho y capitalismo primero, y elecciones y democracia después. La secuencia importa; idealmente uno consolida las instituciones de la libertad antes de que se crea una democracia. Si uno realiza elecciones y cruza los dedos para que emerja el constitucionalismo, frecuentemente no sucede así.

En África, 42 de los 48 países han sostenido elecciones, las cuales han producido gobiernos que son a menudo bastante iliberales. Pero en países como Corea del Sur, Taiwán, Malasia, y Tailandia, en donde construyeron el Estado de Derecho, una clase comercial, y una clase media independiente, y luego una democracia, uno ha logrado algo bastante significativo. La democracia es una dura tarea. Vale mucho la pena tratar de difundirla pero toma un proceso de modernización y liberalización mucho más amplio de lo que la gente se da cuenta.

Traducido por Juan Carlos Hidalgo para el Cato Institute.