Una dictadura disfrazada de democracia

Por Walter E. Williams

¿Por qué es tan popular la democracia, entendida como confiar en el criterio de la mayoría de los votantes con respecto a todas las decisiones importantes? Si la mayoría de los 535 miembros del Congreso de Estados Unidos votan a favor de una cosa u otra, ¿le parece eso bien?

¿No hay alguna mejor manera de tomar las decisiones importantes? Yo digo que sí, pero primero resolvamos si realmente nos gusta que la mayoría tome todas las decisiones importantes. Supongamos que usted va a decidir si casarse o no. ¿Le gustaría que esa decisión sobre con quién casarse se hiciese a través del procedimiento democrático, dejando que la mayoría determine con quién se va a casar Usted? Y ¿si aplicamos el proceso democrático a lo que vamos a cenar en las Navidades? Una vez contados los votos, todo el mundo quedaría obligado a comer jamón o pavo o cerdo.

"Vamos, Williams," -responde usted- "cuando la gente apoya la democracia no quiere decir que sea en asuntos y decisiones privadas". Y tiene mucha razón, porque si la democracia se aplicara a las áreas privadas de nuestras vidas, viviríamos bajo una tiranía. Y ese exactamente es el problema con la democracia: crea un aura de legitimidad moral sobre hechos que de otra forma se considerarían tiránicos.

Precisamente para salvaguardarnos, los fundadores de Estados Unidos pensaron que la Declaración de Derechos de la Constitución sería una protección crucial. Según Tomás Jefferson, "la mayoría que oprime a un individuo es culpable de un delito, abusa de su poder y al actuar bajo la ley del más fuerte destruye las fundaciones de la sociedad". Por consiguiente, debemos preguntarnos cuáles son las decisiones que deben ser hechas a través de los procesos políticos y cuáles no.

¿Debe el proceso democrático determinar cuánto debo apartar de mis ingresos para alimentos? ¿Para vivienda? ¿Para la educación de mi hija? Usted seguro piensa que eso es mi problema y que yo soy el que debe decidirlo. Entonces, pregunto, ¿y no es también mi problema cuánto ahorro para mi retiro? En mi país y en muchos otros, lo que debo ahorrar para mi jubilación es -según Jefferson- delictuosamente determinado por el Congreso a través de las leyes del Seguro Social.

La democracia era vista con disgusto por los fundadores de Estados Unidos. Alexander Hamilton mantenía que "estamos actualmente formando un gobierno tipo republicano. La verdadera libertad no se logra con extremos democráticos, sino con gobiernos moderados. Si nos inclinamos demasiado hacia la democracia, caeremos pronto en una monarquía o en algún otro tipo de dictadura".

John Adams decía: "Recuerden, la democracia jamás dura mucho. Pronto se pierde, se gasta y se suicida. Nunca existió una democracia que no se suicidara".

Pero el comentario sobre la democracia que más me gusta es del genial periodista H. L. Mencken: "La democracia es una forma de adoración. Es la adoración del lobo por parte de los bueyes".

Los próceres de la independencia de Estados Unidos pensaban acerca de la democracia, la limitaban a la esfera política, una esfera estrictamente regida por los poderes enumerados y bien definidos que la Constitución le da al gobierno federal. Inmiscuir el proceso democrático en la toma de decisiones de lo que deben ser decisiones privadas de los individuos no es más que una dictadura disfrazada.

Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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