No lloren por Doha

Por Daniel J. Ikenson

Las negociaciones de la Ronda de Doha bajo el auspicio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han muerto una y otra vez. No obstante, con la excepción de los burócratas en Ginebra, Bruselas y Washington, son pocos los que están de duelo.

Esto se debe a que la economía mundial avanza sin un tratado de la OMC. En los siete años en que se han extendido las negociaciones de Doha, el flujo anual del comercio mundial ha aumentado un 70 por ciento, la inversión extranjera directa anual se ha incrementado un 25 por ciento y la economía mundial se ha expandido en un 30 por ciento.

Estas tendencias pueden continuar, sobre todo si los gobiernos aplican más reformas nacionales de "facilitación del comercio". Así se denomina a la agilización física y administrativa de los procedimientos necesarios en el desplazamiento de mercancías a través de fronteras—reformas que ya han contribuido a un generoso aumento en el comercio mundial, las inversiones y la producción.

De hecho, experiencias pasadas demuestran que la facilitación del comercio por sí sola podría contribuir aún más por aumentar los flujos comerciales mundiales que nuevas reducciones arancelarias. Por ejemplo, si en América Latina se redujera el tiempo necesario para que las importaciones y las exportaciones puedan cumplir con las aduanas y otros requisitos administrativos al promedio de los países en la OCDE, el comercio entre la región y el resto del mundo aumentaría en $122.000 millones por año.

Si bien la reducción de aranceles por mandato ejecutivo es, en efecto, un componente importante en el aumento del comercio, el nuevo nivel de aranceles no puede mejorar el flujo comercial si el procedimiento burocrático de aduanas y la mala calidad logística y de comunicaciones prevalece. En los países en desarrollo, la transacción aduanera promedio implica entre 20 a 30 intermediarios y exige 40 documentos diferentes para ser completada, según un estudio de la ONU en el 2004.

Sin embargo, se han llevado a cabo grandes avances en la facilitación del comercio. En los últimos tres años, 55 países han ejecutado 68 reformas para agilizar los procedimientos. Colombia recortó en 10 días el tiempo para exportar al extender los horarios de los puertos e implementar un proceso selectivo de inspección de carga. Al modernizar su sistema de declaración en línea, Brasil redujo en un 50 por ciento los requisitos para el envío de carga. Costa Rica disminuyó en una semana el tiempo de trámites al permitir a los comerciantes enviar sus declaraciones electrónicamente. República Dominicana abolió el requisito de una factura consular. Si bien estas acciones han alentado una mayor inversión y flujos comerciales, todavía quedan mejoras por hacer.

El último informe Haciendo Negocios del Banco Mundial ofrece la anécdota del exportador de pescado yemenita, Tarik, quien no puede mejorar su estándar de vida por la persistencia de procesos burocráticos que limitan la exportación. Tarik puede vender atún fresco a Alemania por un valor de $5,20 por kilo o atún congelado a Pakistán a $1,10 por kilo. Por supuesto, él preferiría vender todo el pescado fresco a Alemania. Desgraciadamente, dado que toma en promedio 33 días para obtener el permiso oficial para la exportación desde Yemen, Tarik sólo vende 300 toneladas de atún fresco a Alemania y 1.700 toneladas congeladas a Pakistán, a un costo de oportunidad de cerca de $7 millones de dólares por año.

El comercio aumenta cuando caen las barreras. Los aranceles son barreras formales, pero también lo son la corrupción, la incompetencia administrativa, el papeleo superfluo, los monopolios del transporte y el uso de tecnología anticuada. Los gobiernos están cada vez más motivados a reducir estos obstáculos ya que las empresas, el empleo, la inversión y el crecimiento se ven afectados por las políticas que el país adopta hacia la facilitación del comercio.

Los acuerdos multilaterales para reducir las barreras formales al comercio son buenos para todos. Pero, incluso si la tambaleante Ronda de Doha colapsa, el comercio y el crecimiento económico podrían seguir creciendo con reformas unilaterales correctas.