La ayuda externa socava la democracia y las reformas económicas en África

El caso de Uganda muestra las consecuencias no intencionadas de la asistencia occidental

El caso de Uganda muestra las consecuencias no intencionadas de la asistencia occidental

WASHINGTON, DC—Un año luego de que los líderes de los G8 prometieron una ayuda substancial para África, Andrew Mwenda, un importante líder de opinión en África, aconseja a los G8 que se reunirán la próxima semana en San Petersburgo lo siguiente: no más ayuda externa. De acuerdo a este estudio publicado por el Cato Institute hoy, la ayuda en África Sub-Sahariana está causando resultados contraproducentes, reduciendo la rendición de cuentas propia de una democracia, retardando reformas necesarias y habilitando a que los gobiernos continúen altamente endeudados,.

En “Foreign Aid and the Weakening of Democratic Accountability in Uganda”, Mwenda cuestiona los efectos de la ayuda externa y la condonación de deuda en un país ampliamente considerado como uno de los más exitosos recipientes de ayuda externa en África.

“Muchos de los problemas de África son internos, no externos e incumben a las políticas e instituciones domésticas”, escribe Mwenda, el editor político del Daily Monitor, un periódico de Kampala, Uganda. “Hasta que esos problemas internos no sean resueltos, ninguna cantidad de asistencia occidental sacará a África de la pobreza. De hecho, la asistencia occidental podría posponer reformas muy necesitadas en la forma en que los países africanos son gobernados”.

Mwenda argumenta que la ayuda externa, la cual constituye un 50 por ciento del presupuesto del gobierno ugandés, provee al gobierno con una fuente no auto-generada de ingresos. Cuando los gobiernos africanos buscan ingresos en los bolsillos de los donantes internacionales, no sienten la necesidad de adoptar políticas económicas que conducen al crecimiento económico. Además, no están obligados a llegar a compromisos políticos con sus constituyentes locales lo cual, a largo plazo, conduciría a una mayor rendición de cuentas.

La condonación de la deuda puede conducir a mayores aumentos en la deuda y no resuelve el problema de desperdicio gubernamental. Por ejemplo, después de la condonación de la deuda de 1998, el gobierno ugandés compró un jet privado para el presidente que costó US$35 millones. La condonación de la deuda también ha permitido que el gobierno se endeude aún más, se mantenga altamente endeudado, y aumente considerablemente el clientelismo político.

“Lanzarle dinero a los gobiernos seguramente no es la manera correcta de hacerlos prudentes fiscalmente”, dice el autor. “La experiencia de Uganda es importante porque muestra las debilidades de los argumentos a favor de más asistencia y condonación de deudas”.

En la búsqueda del dinero requerido para pagar por las políticas que mejoran el bienestar de sus ciudadanos, los gobiernos deberían escuchar a sus constituyentes locales que incluyen al sector privado y también deberían ejecutar las políticas que aumentan la producción. “El incremento en la producción junto con la liberalización comercial, permite a los productores vender sus productos en el extranjero volviéndose así más prósperos”, concluye Mwenda.

Foreign Policy Briefing Paper no. 88: http://www.cato.org/pub_display.php?pub_id=6463

Contactos:

Andrew Mwenda, editor político, Daily Monitor , amwenda@monitor.co.ug

Ian Vásquez, director, Proyecto de Libertad Económica Global, ivasquez@cato.org

Marian Tupy, director asistente, Proyecto de Libertad Económica Global, mtupy@cato.org

Holiday Dmitri,administradora de relaciones de prensa, 202-218-4613, hdmitri@cato.org

Evans Pierre, director de telecomunicaciones, 202-789-5204, epierre@cato.org

El Cato Institute es un centro de investigación de políticas públicas no partidista dedicado a ampliar el debate político de manera consistente con los principios de libertad individual, gobierno limitado, mercados libres y paz.