Los presidentes y el día de los presidentes

David Boaz señala que a los estudiosos de la presidencia les agradan los presidentes que amplían el tamaño, alcance y poder del gobierno federal, pero que este día de los presidentes vale la pena recordar aquellos que hicieron lo contrario.

Por David Boaz

Como los empleados públicos –aunque menos de un tercio de los oficinistas del sector privado– tienen el tercer lunes de febrero libre por el Día de los Presidentes (legalmente, aunque no de hecho, el cumpleaños de George Washington), estoy pensando en los presidentes.

Cada pocos años, Siena College pide a historiadores y politólogos que califiquen a los presidentes. A los estudiosos de la presidencia les encantan los presidentes que amplían el tamaño, el alcance y el poder del gobierno federal. Por eso ponen a los Roosevelt a la cabeza de la lista. Y durante mucho tiempo clasificaron a Woodrow Wilson –el presidente anti-madisoniano que nos dio la totalmente innecesaria Primera Guerra Mundial, que condujo al comunismo, al nacional-socialismo, a la Segunda Guerra Mundial y a la Guerra Fría– en el 6º puesto. Recientemente ha caído al puesto 13, presumiblemente debido a la creciente publicidad sobre su racismo.

En su libro de 2009 Recarving Rushmore: Ranking the Presidents on Peace, Prosperity, and Liberty, Ivan Eland da altas calificaciones a los presidentes que dejaron al pueblo estadounidense en paz para disfrutar de la paz y la prosperidad, como Grover Cleveland, Martin Van Buren y Rutherford B. Hayes. El hecho de que no pueda recordar lo que hizo ninguno de esos presidentes es una ventaja. En la parte inferior coloca a Wilson, Truman, McKinley, Polk y George W. Bush. Si alguna vez te has preguntado si un presidente en particular merece el respeto que parece recibir, podrías echar un vistazo a "Todo mal con los presidentes" de Libertarianism.org.

Últimamente hemos tenido una serie de presidentes que pensaban que su cargo estaba investido de poderes reales. Tanto el presidente George W. Bush como el presidente Barack Obama utilizaron órdenes ejecutivas para otorgarse poderes extraordinarios para hacer frente al terrorismo. La promulgación de leyes por parte del presidente, a través de decretos, es una clara usurpación tanto de los poderes legislativos otorgados al Congreso como de los poderes reservados a los estados. El principal deber del presidente según la Constitución es "velar por el fiel cumplimiento de las leyes", no hacer leyes, como han hecho cada vez más presidentes. Paul Begala, asesor de Clinton, se jactaba: "Un trazo de la pluma, ley del país. Es genial". El Presidente Barack Obama declaró: "No vamos a quedarnos esperando a la legislación.... Tengo un bolígrafo, y tengo un teléfono, y puedo usar ese bolígrafo para firmar órdenes ejecutivas y tomar acciones ejecutivas y acciones administrativas que hagan avanzar la pelota". El presidente Donald Trump subió la apuesta: "Tengo un Artículo II, en el que tengo derecho a hacer lo que quiera como presidente".

El presidente Biden ha presumido de utilizar el poder ejecutivo para condonar la deuda estudiantil, apoyar las "energías limpias", imponer una moratoria de desahucios y mucho más. Pero eso no es suficiente para sus partidarios "progresistas", que le han instado a imponer una amplia agenda legislativa por orden ejecutiva, actuando una vez más como si la falta de voluntad del Congreso para aprobar la agenda del presidente fuera justificación para una orden ejecutiva.

Así han despreciado abiertamente los presidentes el proceso legislativo. Deberían echar un vistazo a la propia página web de la Casa Blanca, donde leerían: "Según el Artículo II de la Constitución, el Presidente es responsable de la ejecución y el cumplimiento de las leyes creadas por el Congreso". Exacto. No de hacer las leyes, sino de ejecutarlas y hacerlas cumplir. No importa qué agenda intente imponer el presidente por orden ejecutiva, el Congreso debe impedírselo. El órgano en el que la Constitución delega "todos los poderes legislativos aquí otorgados" debe hacer valer su autoridad.

En este Día de los Presidentes –que oficialmente es el cumpleaños de Washington– pensemos en el ejemplo que nos dio George Washington. En dos ocasiones renunció al poder, marcando una pauta para los futuros presidentes. Y, citando de nuevo a WhiteHouse.gov, como presidente "no infringió los poderes de elaboración de políticas que, en su opinión, la Constitución otorgaba al Congreso".

Este artículo fue publicado originalment en Cato At Liberty (EE.UU.) el 17 de febrero de 2023.