EE.UU.: Desastre financiero del congreso

Walter Williams dice que a pesar de la innegable presencia de Fannie Mae y Freddie Mac en medio de todo el colapso financiero y la creciente cantidad de regulaciones, la prensa y los políticos insisten en hecharle la culpa al mercado libre.

Por Walter E. Williams

Los periodistas no logran informar al público sobre lo que pasa cuando ellos no entienden lo que en realidad está sucediendo. Ese es el caso de reportajes sobre el actual colapso financiero, sugiriendo que fue causado por mercados libres y falta de regulaciones.

El profesor David Henderson, de Hoover Institution, publicó en “¿Estamos sufriendo de exagerada desregulación?” (Cato Policy Report, Nov/Dic 2008) que entre 1977 y 1980 nuevas regulaciones promediaban 72.884 páginas anualmente, se redujeron a un promedio 54.335 páginas durante Reagan, aumentaron a 71.590 páginas bajo Clinton y alcanzaron el récord de 75.525 páginas anuales durante el segundo período de Bush. Paralelamente, el número de funcionarios de las agencias reguladoras aumentaban 63%, de 146.139 en 1980 a 238.351 en 2007. Los gastos del sector financiero, debido a regulaciones, casi se triplicaron entre 1980 y 2007, aumentando de 725 millones de dólares a 2.070 millones. Entonces, ¿qué podemos pensar de aquellos que mantienen que el colapso se debió al libre mercado y a falta de regulaciones? ¿Son ignorantes, estúpidos o venales?

El New York Times reportó (30/9/1999) que “Fannie Mae, el mayor emisor de hipotecas de la nación, ha estado bajo creciente presión del gobierno de Clinton para aumentar los préstamos hipotecarios entre gente de ingresos bajos y moderados…” Esa presión, aumentada bajo Clinton, provino de la ley de Reinversión Comunitaria de 1977, que obligaba a los bancos a conceder préstamos de alto riesgo. El incumplimiento provocaba multas y que no se les permitieran nuevas sucursales o la fusión con otras empresas financieras.

Cuando comenzó a cuestionarse la presión del gobierno en incrementar los créditos de alto riesgo, el Congreso apuntalaba la confianza. El congresista Barney Frank mantenía que “la gente tiende a pagar sus hipotecas. No creo que hay ni remotamente algún peligro… se trata de crear miedo que no existe”, mientras que el senador Harry Reid mantenía que “no podemos promulgar leyes que puedan limitar que los norteamericanos sean propietarios de sus casas y dañar potencialmente así a nuestra economía”. Las raíces del desastre están en el Congreso y la Casa Blanca.

El Presidente Bush, diciendo que la economía estaba en peligro, firmó un rescate de 17 mil millones de dólares para la industria automotriz. Pronto acudirán a Washington los gobernadores de estados y los alcaldes exigiendo sus rescates. California tiene un déficit presupuestario de 15 mil millones de dólares, Florida 5 mil millones y las cosas están tan malas en Michigan que el gobernador cerró una prisión para ahorrar dinero.

¿Qué asumen los políticos y los medios de comunicación sobre la inteligencia de los estadounidenses y creer que nos vamos a tragar la idea de que el actual desastre financiero se debe al libre mercado y a las desregulaciones?

Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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